La designación de España, Portugal y Marruecos como sede urge el consenso con el estadio
En las últimas horas se ha conocido que Ibercaja está dispuesta a estudiar su participación en el proyecto de construcción de la nueva Romareda y así lo han confirmado fuentes de la entidad financiera y tras la designación por parte de la FIFA se abre la posibilidad de que Zaragoza sea una de las sedes.
La alcaldesa de la capital aragonesa, Natalia Chueca, mantuvo una reunión el pasado martes con el presidente de Ibercaja, Francisco Serrano, y con el consejero delegado de la entidad, Víctor Iglesias, en la que se abordó, entre otros asuntos, el proyecto del estadio y de este modo que sea Zaragoza protagonista de este Mundial.
La reunión entre Francisco Serrano y Víctor Iglesias fue clave para tomar decisiones
“Como ha hecho siempre, Ibercaja está dispuesta a estudiar cualquier proyecto que sea realmente estratégico para la ciudad de Zaragoza y para Aragón, como puede ser la construcción de la nueva Romareda”, señalaron fuentes oficiales de la entidad. Sin embargo, se aprovechó la situación para dejar todo en claro.
“En cualquier caso, para una iniciativa de esta envergadura, se requiere el cumplimiento de una serie de premisas básicas que garanticen su viabilidad y sostenibilidad a largo plazo”, añadieron también desde Ibercaja. El consenso político e institucional sería el clima necesario que facilitaría la entrada de la entidad financiera en la operación.
Las opciones que hay sobre la mesa para que Ibercaja estudie su participación en Zaragoza
Ibercaja valoraría la posibilidad de formar parte del capital o de financiar la operación. Esta última sería la opción más acorde con el perfil de Ibercaja. El estadio tiene un presupuesto estimado de construcción de 140 millones de euros en un proceso de ejecución que se prolongaría entre 2024 y 2028 o 2029.
Mientras Ibercaja valora su participación en el proyecto, las instituciones consideran que la designación de España, Portugal y Marruecos como sede mundialista empuja a partidos e instituciones a llegar a un acuerdo que resuelva la cuestión del campo de fútbol. “Todo el mundo tiene que cerrar filas con el nuevo estadio”, coincidieron fuentes consultadas.