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Zubieta presume pero apenas pisa el césped: la cantera de la Real se queda en el banquillo

Muchos nombres, pocas oportunidades: los jóvenes realistas no pasan del cameo

La Real Sociedad no duda en sacar pecho por Zubieta, su reputada cantera, que año tras año se vende como una de las más productivas de LaLiga. En los discursos oficiales no faltan palabras como “identidad”, “modelo” o “proyecto de futuro”. Sin embargo, cuando toca mirar los números y no las intenciones, la cosa cambia bastante.

Porque, por más que se hable de relevo generacional y del peso de los canteranos, la realidad sobre el césped es muy distinta. Basta con repasar los minutos que han jugado los chicos promocionados este año al primer equipo para darse cuenta de que la fe en la cantera parece, más que nada, decorativa.

Ahí están los casos de Jon Martín con 294 minutos —algo así como tres partidos completos en toda la temporada— o Mariezkurrena, con 76. Y de ahí hacia abajo, todo es simbólico: Urko González (46), Balda (24), Dani Díaz (9), Luken Beitia (7) y Magunazelaia (6).

El discurso y la realidad, en líneas opuestas

Con esa lista, cualquiera pensaría que Zubieta es el centro del universo formativo, pero luego ves los partidos y apenas aparecen. La cantera ilusiona, pero no juega. Hay fe, sí. Pero a ratitos. Y sin minutos, no hay desarrollo, ni oportunidades reales de crecer.

Es comprensible que en un club que lucha por Europa cada temporada se busque competitividad máxima, pero de poco sirve presumir de talento local si luego los chavales se quedan viendo desde el banquillo cómo los titulares acumulan fatiga. O peor, si deben esperar lesiones y sanciones para rascar minutos.

El riesgo de quemar el relato

La Real Sociedad corre el riesgo de quemar su propio relato. Porque por más que se llenen ruedas de prensa hablando de cantera, si no hay continuidad, ni confianza verdadera, los jóvenes no se desarrollan… y el modelo pierde credibilidad. Peor aún: se convierten en moneda de cambio o en eternos cedidos, sin consolidarse nunca en el primer equipo.

Mientras tanto, otros clubes dan pasos firmes en ese sentido. Mirando al Athletic, por ejemplo, donde los canteranos sí tienen sitio y galones, la comparación empieza a doler. Zubieta sigue sacando talento, sí. Pero si no pisa el césped, ¿de qué sirve?

Víctor Orta García Pimienta