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Pablo Marín es el pilar sobre el que reconstruir

Marín ha dejado de ser una promesa silenciosa para convertirse en una de las grandes certezas del presente de la Real Sociedad. En una temporada marcada por la exigencia europea y las bajas sensibles, el canterano ha sabido aprovechar cada oportunidad

Lo que parecía ser una temporada de transición para Pablo Marín ha terminado por convertirse en la consagración de un talento forjado en Zubieta. Sin minutos en el pasado curso y con un perfil bajo dentro del vestuario, el riojano ha roto todos los pronósticos en esta 2024-25, ganándose un papel protagonista en los esquemas de Imanol Alguacil. La Real Sociedad, exigida por las lesiones y el calendario, ha encontrado en él una solución eficaz, constante y cada vez más influyente.

Su aparición no ha sido fruto de la casualidad, sino de un proceso silencioso de crecimiento. Con solo 21 años, Marín ha demostrado temple, sacrificio y una polivalencia que lo han llevado a sumar 29 partidos, 14 como titular, en una temporada en la que incluso ha brillado en escenarios de máximo nivel como Old Trafford o el Santiago Bernabéu. En ambos, su actuación fue más que correcta: fue determinante.

La Real encuentra en Marín a su centrocampista total

Marín no es un centrocampista cualquiera. Es de esos que no dan un balón por perdido, que presionan con alma y que se transforman en solución ofensiva cuando hace falta. En el Bernabéu, por ejemplo, su conducción previa al gol de la Real fue tan valiente como estética, celebrando después con un beso al escudo que resumió su conexión con el club. A día de hoy, es el cuarto máximo asistente del equipo, con cuatro pases decisivos que refuerzan su impacto en la parcela ofensiva.

Imanol lo ha utilizado como interior, pivote y hasta lateral, dependiendo de la urgencia táctica. Esa capacidad camaleónica le ha permitido ganar peso en una medular muy competitiva, en la que nombres como Zakharyan, Sucic, Turrientes o Brais Méndez siguen peleando por minutos. La directiva, consciente del valor que representa, no tardó en ofrecerle una mejora de contrato que lo vincula hasta 2028, consolidando su estatus de pieza fundamental para el futuro inmediato.

Una apuesta segura de Zubieta que pisa fuerte hacia el primer equipo

El dato es clave, Marín aún conserva ficha del filial, pero por edad ya no podrá repetir esa condición la próxima campaña. El paso al primer equipo será inevitable, y su evolución apunta a que lo hará con dorsal fijo entre los 25. La duda no está en si tiene nivel, sino en cómo encajará en una plantilla que sigue sumando talento joven cada año.

En medio de la sobrepoblación del centro del campo, la Real Sociedad ha encontrado en Marín algo que va más allá de los números: carácter, identidad y hambre. En plena lucha por puestos europeos y con la Copa como objetivo, el riojano se ha convertido en un pilar inesperado que promete dar muchas más alegrías a la parroquia txuri urdin.

EGD Real Sociedad