El varapalo de octavos de la Real Sociedad en París dejó desconfianza en la cantera donostirarra
Ayer era uno de los días señalados en el calendario de la Real Sociedad. El equipo de Imanol se presentaba al mundo como uno de los equipos con más proyección en lo que va de año en esta nueva Champions. Había sorprendido mucho su fase de grupos donde pasó por delante de todo un Inter de Milán. Sin embargo, la cita clave fue ayer con Mbappé y Luis Enrique como adversarios y el resultado no fue el deseado.
La primera parte el equipo de Alguacil sometió a los parisinos y tuvo más opciones que los franceses. En cambio, la pólvora ofensiva del PSG fue decisiva en la segunda mitad. La cantera de jugadores de la Real Sociedad estuvo ausente en el segundo periodo y se vio desbordada por el ataque rival. Dembelé y Mbappé sueltos sin control galopando con metros por delante es un arma demasiado fuerte para un equipo embrionario en estos escenarios.
No fue suficiente solo con la cantera para la Real Sociedad
La Real Sociedad se presentó a la cita con bajas muy sensibles como la del capitán Oyarzabal. El atacante, santo y seña de la cantera de San Sebastián, no pudo llegar y el peso recayó en otros jugadores. Ni Kubo ni Barrenetxea ni André Silva dieron con la tecla. La sala de máquinas dejó muestras de su calidad con Mikel Merino a los mandos pero el ritmo del partido acabó pasándole por encima.
Y es que un rival que confía tanto en el vértigo como el PSG es un hueso muy duro de roer. La defensa se vio muy superada por momentos. Le Normand no consiguió dar con la tecla para frenar a los dos velocistas con los que cuenta arriba Luis Enrique. El equipo blanquiazul impuso su juego hasta que le duró la gasolina. Prácticamente hasta el primer gol donde hubo un giro de guion y empezó a ser un juguete en manos de los franceses
Una gesta para la vuelta
La mejor manera de plantear el partido es volver a jugar de tu a tu. La Real no sabe jugar arropado atrás e intentando cazar un contragolpe. Confía mucho en su modelo de juego y desborde por banda y no tanto en las transiciones. También es cierto que no tiene jugadores con piernas suficientes para ello. Por lo tanto, la vuelta en el Reale Arena el equipo vasco está capacitado para dar la vuelta al marcador pero necesita que le dure la gasolina.
Todo ello va sumado a los compromisos ligueros y la semifinal de Copa del Rey. Imanol no va a contar con una semana de descanso hasta el partido de vuelta. Algo que va a mermar mucho las energías de cara a volver a pelear por pasar la eliminatoria. La semifinal también se espera intensa y la carga de partidos no afloja la soga de Alguacil.