El objetivo es mitigar los rumores de partida del gallego que estaban siendo la comidilla de la crítica
Lucas Vázquez es uno de los jugadores con menores posibilidades de actuar con el regreso a la actividad de Eden Hazard y de Marco Asensio en el Real Madrid. A pesar de la buena relación que tiene con Zinedine Zidane, estos dos activos supondrían para el extremo un fuerte problema, que le podría dejar sin espacio en lo que resta de temporada.
Sin embargo, para todo problema existe una solución, y esa es la que asalta la idea de todos los que cubren al cuadro merengue. Nacho se ha lesionado, y con Dani Carvajal solitario en la banda defensiva, se antoja como una inmejorable oportunidad para sumar minutos cuando sea necesario. De este modo retrasaría un poco su posicionamiento, pero no pone en riesgo su rendimiento que siempre ha llenado la retina del francés.
Los sacrificios a los que se tiene que someter el jugador con tal de encontrar un lugar
Todo jugador del Real Madrid tiene que estar preparado física y mentalmente para los retos. Las aspiraciones del club nunca están por lo bajo, y para ello se tiene que trabajar a diario. Lucas Vázquez lo entiende, y de hecho no le ve problemas, ya ha cumplido esa función y ve con total normalidad que le metan dentro de los proyectos.
Ahora mismo el compromiso es total y parte de ello responderle a la confianza del entrenador hace parte de su respuesta al hecho mismo. De él mismo depende si logra quedarse, y saca de una vez los fantasmas que lo meten en la lista de transferibles, a manera de venta o en la entrada por medio de los intercambios de los grandes objetivos.
Lucas sigue adelante y se muestra como el jugador clave de todo esquema merengue
Para alguien como Zidane es importante tener un jugador comunitario, alguien que sea capaz de suplir tantas posiciones dentro del campo que le ayude a solventar sus ideas en los momentos más complejos. Hasta el momento ese jugador ha sido Lucas Vázquez, que sin embargo se ha tenido que debatir en varios contextos en el paso de esta temporada.
Pero además de eso no hay mayores contra tiempos. Zidane no ha dudado un segundo en elegirle antes de subir a alguien que sienta la posición desde el filial. Era la respuesta que estaba esperando el gallego de 28 años, que ante cualquier asomo de salida pondera el hecho de permanecer en el actual campeón de la Súpercopa de España.