Una vez decidido el futuro del noruego, el trabajo ha sido para los jefes directos
A creciente se viene propagando la especulación que Martin Odegaard regresará al final de esta temporada a las filas del Real Madrid. El buen momento del jugador, sumado a las necesidades del club para llenar huecos en esa zona y algunas situaciones delicadas desde lo legal, impulsan la posibilidad contundentemente.
Ya se había hablado de la posibilidad de que continuara bajo las órdenes de la Real Sociedad, pero la última exigencia al parecer ha hecho su efecto. No van a pagar más de lo ya estipulado y eso le da todo el argumento al cuadro merengue para llevarlo de regreso. Así que los platos rotos los pagan entre Luka Modric e Isco Alarcón.
Las consecuencias están marcadas para Zidane, la elección es su único camino
Ahora, y tras haberse conocido el posicionamiento del club lo difícil corre a cuenta del entrenador. Zinedine Zidane tendrá que evaluar los distintos casos y valorar cuál es el que dejará el espacio para abrirle campo al noruego. El que primero aparece es Modric, que a sus 34 años ya ha dado muestras de que no es el mismo. Su valía en el club va en picada y las decisiones deben ir por ese rumbo.
Su contrato finaliza en verano de la siguiente temporada, y si nada extraño ocurre esto terminará siendo así. En el caso de Isco, ha sido el propio entrenador el que le ha hecho perder valor. Ya ni siquiera es tenido en cuenta y eso hace pensar que no estará en los planes futuro. De hecho, ya se especula con su partida a la Juventus de Turín, donde Andrea Pirlo ya lo ha exigido.
El club valora la entrada de efectivo antes que dar simulación a un trato sin feed back
Dadas estas circunstancias, y entendiendo que lo complicado del momento agrava lo que es el posible trato es que se piensa de más en lo que es la postura directiva. Por un lado está el caso Modric, que evidentemente por edad sería un jugador que saldría sin efectos positivos desde lo económico. Una vez finalice su contrato le soltarán, dando libertad a su decisión.
Mientras que Isco plantea otra cosa, apenas tiene 28 años y se sabe que de hecho podría tener todavía al menos 5 años de buen nivel. Su contrato finaliza en la campaña 2022, y su pase está tazado en cerca de 60 millones de euros. Ya el bianconero ha mostrado interés y se estudia la posibilidad de trasladarlo hasta Italia. Todo esto está abierto a ciertas circunstancias.