Florentino Pérez mueve fichas tras el nuevo revés europeo y prepara una transición en el banquillo blanco
La eliminación en Champions ha encendido las alarmas en Valdebebas. El crédito de Carlo Ancelotti se agota, y en el Real Madrid saben que la historia no espera. Una derrota ante el FC Barcelona en la final de Copa del Rey este 26 de abril podría ser el golpe definitivo para el técnico italiano, cuya continuidad pende de un hilo. El presidente Florentino Pérez ya contempla un relevo de urgencia: Santiago Solari, actual Director de Fútbol Profesional del club, asumiría como entrenador interino hasta el final del curso.
El argentino ya sabe lo que es sentarse en el banquillo blanco. Lo hizo en 2018 y, aunque su paso fue breve, dejó la impresión de tener mano firme y madridismo puro. Esta vez no se trataría de un proyecto, sino de una misión: cerrar el curso con dignidad mientras la directiva prepara el verdadero asalto al futuro.
Solari, encargado del Mundial de Clubes mientras llega Klopp
El Real Madrid ya planifica el Mundial de Clubes de junio sin Ancelotti. Salvo una conquista in extremis de LaLiga, el italiano dirá adiós antes de que mayo toque a su fin. Todo apunta a que será Solari quien comande al equipo en la cita internacional, antes de ceder el testigo al nuevo entrenador principal. Y en ese casting, hay un favorito claro.
Jürgen Klopp, el técnico que llevó al Liverpool a lo más alto de Europa, encabeza la lista de deseos de Florentino. Aunque actualmente ocupa un cargo ejecutivo en el Grupo Red Bull, el alemán sigue siendo un hombre de banquillo. El Madrid quiere seducirle para que regrese a su verdadera pasión: dirigir.
Klopp, la obsesión de Florentino para una nueva era
El plan está sobre la mesa. Mientras Solari ejerce de escudero de urgencia, el club negocia en silencio con el técnico alemán. Klopp, que ya dejó claro que su ciclo en la Premier terminó, sería el pilar del nuevo proyecto blanco, uno donde juventud, presión alta y fútbol ofensivo vuelvan a ser la bandera.
Florentino no quiere improvisar. Pero si hay que tomar decisiones, no le tiembla la mano. Como ocurrió con Zidane, con Lopetegui o incluso con el propio Solari, el presidente blanco tiene claro que en el Madrid no hay margen para el conformismo.
