Golpe de efecto del noruego hunde cada día más la figura del entrenador ante la afición
En materia de salidas el Real Madrid y más correctamente Zinedine Zidane está teniendo serias complicaciones. El resultado de estos nombramientos ha reflejado en la gente ciertos golpes que no han podido ser tratados de la mejor manera. Lo último, la toma de decisión de Martin Odegaard, uno de los talentos perdidos en la filosofía del francés de acuerdo al ambiente que rige en la actualidad.
Y es que como se sabe, el nórdico ha decidido poner su nombre en la puerta de salida de acuerdo a lo que él considera como la marginación de su talento. No juega, y cada día más se vuelve intrascendente para el equipo y el míster. De manera que ha elevado una voz de protesta al tiempo que se ha puesto la mano en el corazón y ha decidido rebajar su ficha un 10%.
El acto loable de Odegaard hunde en la visual del aficionado la figura de Zidane en el Real Madrid
Cuando el Real Madrid anuncia pérdidas o una deuda mayor a 940 millones de euros, el valor que cobra un jugador con sentido de pertenencia es absoluto. Marttin Odegaard junto a Luka Jovic ha tenido el coraje de enviar un mensaje y anunciar oficialmente la reducción de su ficha en un 10%. Esto no solo le pone en un alto grado de estimación frente a sus jefes, sino que le lana un puñal al francés.
Nunca ha sido capaz de darle el valor que requiere, y su estilo de juego ha sido pisoteado desde su llegada. Todo eso sumado han dejado como efecto su salida, y su participación estricta en el mercado. Hoy se dice que formará parte de la nueva ola de salidas del Real Madrid, dejando a la Real Sociedad como su más cercana posibilidad de invierno.
La Real Sociedad y el Liverpool esperan por una chance
Por un lado el viejo hogar de Odegaard reclama una posibilidad, un paso más que seguro y un lugar fijo en las alineaciones de Imanol Alguacil. Es una propuesta que al protagonista le encanta, y una de esas a la que él mismo le da todo el sentido. Lo de Liverpool mucho más atractivo en lo profesional le da margen, eso sí si antes los ingleses suman un valor importante.
Por fortuna los británicos pertenecen a empresa privada, lo que le permite subsistir en medio de la crisis. La economía allí no está tan deteriorada como en España y se darían el lujo de sumar al menos 60 kilos en el traspaso del talento de 21 años. Eso sí, primero iría a préstamo, luego en el contrato quedaría expresa su formalidad como salida cantada.