No se quiere marchar y el club está en la búsqueda de un sucesor directo para el puesto
Tal y como viene pasando con el extremo galés del Real Madrid, Gareth Bale, al club le ha tocado enfrentar situaciones complejas desde lo legal. Algunos de sus jugadores no están comprendiendo la dinámica del fútbol, y se aferran a sus contratos perjudicando directamente a quienes en algún momento de sus carreras les han brindado la mano. El brasileño viene dando mucho de qué hablar, y todo en relación a este aspecto, el mismo que trata de sacarlo para ponerlo el lado de Cristiano Ronaldo en Italia.
Ahora más que nunca, con 31 años ya ha bajado sus prestaciones de forma considerable, y luego de las muestras reales evidenciadas tanto con Lopetegui como con Solari, se hace apenas lógico que le busquen salida. Sin embargo, para Zidane sigue siendo una pieza importante, y es por eso que de momento no se ha podido llegar a ningún acuerdo.
Prefirieron en su momento abrirle la puerta de escape a Reguilón, que ha caído de pie en Sevilla y pronto se ha ganado un puesto fijo en el cuadro de Nervión. En lugar de lo que ha quedado prendado en su situación, Mendy no le suelta prenda y de la titular no lo ha dejado probar nada. Lo que se indica es que Marcelo está muy cómodo, y mientras le sigan pagando lo que hasta ahora factura, sus opciones de salida son bien escasas.
Florentino traza el camino en base a respuestas dentro del campo
Se ha mostrado de hecho todo esto como una situación bien preocupante, y de la que habrá que mirarle con detalle con vistas al futuro. A eso las respuestas han querido ser muy fuertes, y una de ellas viene por parte del presidente, que impone todo a lo que tienen que ver con su rendimiento de acá al final de la temporada. Si no rinde se va, así al club le toque tomar medidas drásticas.
Por detrás suyo hay muchas posibilidades latentes, como ya indicamos lo de Reguilón que esta campaña deberá presentarse al club una vez acabado el periodo de cesión. Lo otro tiene que ver con Achraf Hakimi, otro de los que acaba su vinculación en Alemania y que Zidane ha hecho acercamientos para llevarle a conformar la plantilla.
Una dura labor tanto para él como para su entrenador, ya que ninguno de los dos quiere ceder ante las imposiciones directivas. El estratega ve como le manosean su grupo de trabajo, mientras el jugador se siente decepcionado por todo lo entregado. Cristiano espera atento, lleva un tiempo considerable pidiendo a su amigo y desde Turín tal parece se animarán a poner una buena pasta por él sobre la mesa. Veremos qué pasa en ester caso.
