Una estrategia que tiene como finalidad extender el vínculo del gallego en la escuadra merengue
Hoy en día es común ver como los equipos profesionales van armando sus diferentes estrategias de cara al mercado de verano que está próximo a caer. Real Madrid como era de esperarse es uno de los que en cantidad más información suelta, y en esta ocasión lo ha hecho al tocar el tema de Lucas Vázquez, uno de los descartes de Zidane de acuerdo a los informes entregados antes de la pandemia que acorrala al planeta.
El de Curtis sin embargo no ha estado al tanto de entrar en el tema, y ha pretendido centrarse en lo que corresponde, trabajar con disciplina. A sus 28 años ha visto como pierde protagonismo, y cómo ha dejado de ser una pieza de valor en los conceptos del entrenador galo. Por eso se llegó a hablar de una salida, en la que además podría estar al lado de James Rodríguez y Gareth Bale.
Los dos jugadores mencionados son los más evidentes ganadores en este sentido, que la presidencia ya tiene abonado con varias propuestas sobre la mesa. Sin embargo, todo indica que a Lucas no le van a permitir su salida de forma simple, y más que nada es ahí donde entra Sergio Ramos, su amigo y principal defensor. El capitán no permitirá que se comercialice a Lucas, y para ello ha puesto la situación clara delante del entrenador.
Zidane contra las cuerdas
De manera abierta Zidane a tenor de sus conceptos profesionales le ha descartado, pues quiere gente de una influencia mayor en la zona, independiente de las inversiones que se acomoden. Vázquez es un jugador polifuncional, de esos que tantas situaciones soluciona y por esa sencilla razón el capitán le brinda todo su respaldo.
Además, es uno de los jugadores más queridos al interior del grupo, por su personalidad amigable y la aceptación que le involucra a cada petición en concreto. Hoy en día el club ha tazado su traspaso en 16 millones de euros, y se teme que alguno de los interesados llegue con la pasta a cerrar el trato.
Hay lío de percepciones, y hay complicaciones entre dos masas muy enfrentadas, la del entrenador y la del jugador insignia. De momento se sabe que lo que rodea este caso en concreto deberá esperar como mínimo al comienzo de la actividad, que todavía se debate entre fechas cercanas a jugar sin público, a la lejanía con la normalidad inmersa.