Parece ser el anuncio de un final muy dramático entre las partes
Real Madrid ha ganado su último partido y ha dejado prácticamente sentenciada LaLiga a falta de solo tres jornadas para el final de la misma. Alavés fue su víctima, y en su campo se han llevado tres puntos de oro de cara al título. Pero más allá de eso la noticia corrió por cuenta de Gareth Bale.
Sentado en el banquillo, donde desde luego no se separó jamás, el extremo de 31 años mostró su desencanto con expresiones muy curiosas. Primero usando su mascarilla como una venda para dormir, y luego destapando y exhibiendo una sonrisa con tintes diferenciales. Las cámaras de los diferentes medios lo han capturado y con todo el morbo del mundo ha evidenciado lo que pasa realmente al interior del grupo.
Zidane no cede en sus decisiones, los que no les gusta no los pone
Por las condiciones del rival, era un partido apropiado para la velocidad y pegada de Bale. Sin embargo, Zidane se ha mostrado categórico, y ha expuesto el mismo recital que durante toda la competencia, apostando en el re cambio incluso por jugadores como Brahim Díaz que hasta acá era el que menos había gozado de confianza.
Una señal irrefutable de lo que espera el cuerpo técnico, que en repetidas oportunidades se ha mostrado certero ante el tema y ante los casos específicos de salidas. Su risa ha sido una vez más la muestra fehaciente de que algo no está bien, y de que el grupo se le ha fracturado al galo. Aunque los resultados siguen mandando, y mientras tanto Bale cobra un pastizal sin jugar nada. Esa parece ser la gran polémica.
Los antecedentes lo definen, o que lo diga James
Esto no es para nada nuevo. Zidane ha estado al corte y ya ha demostrado ser un jefe sin cosideraciones. Lo ha hecho con James Rodríguez y lo viene haciendo con Bale. Dos jugadores que no quiere en su plantilla y que hace lo posible por verles fuera. Ya los antecedentes lo han demostrado, y el colombiano es el que más ha hecho migas con ese tema.
De hecho se ha auto descalificado el partido anterior de la convocatoria afirmando que no iba a jugar un solo minuto, y las repercusiones han sido desastrosas. Alejado de la plantilla principal, se le vio sin indumentaria y viviendo el compromiso como últimamente acostumbra, sin emoción y sin profesionalismo. Hay que ver de qué manera van a enfrentar el reto, tanto los jugadores como el Real Madrid. Bale sigue sonando y la Premier parece ser su escapatoria.