Se habla de un acuerdo, un tanto agresivo pero favorable para ambas partes
Florentino Pérez está empezando una etapa en la cual, propiamente flexible no se va a mostrar. Su valía como presidente del Real Madrid data de las consecuciones dirigenciales, y su influencia en el desempeño mismo del club en donde compita. Para eso tiene claro que algunas piezas son determinantes, y que su efecto puede ser incluso mayor.
Caso especifico de Gareth Bale, el extremo galés que ha pasado de mostrarse como una solución a un inconveniente sin fin. En repetidas oportunidades el expreso de Cardiff ha dicho que no va a salir de la institución merengue, y respaldado por su representante, han declinado ofertas que han superado la media establecida.
Jefe del Tottenham tiene todo fríamente calculado
Sabiendo que es la Premier League la liga de mayor rango de posibilidades en cuanto al tema de Bale se refiere, es que el Tottenham se ha colado en el hecho. Quieren llevar de regreso al que fuera su estrella emergente, aunque los acuerdos no sean propiamente atractivos para el cuadro blanco de l capital. Es un jugador muy costoso, 15 kilos netos por temporada devenga solo por concepto de salario.
De ahí que se plantee una cesión o una salida en calidad de agente libre, y el pago de la ficha sería de inmediato la respuesta a la maniobra directamente. No es lo que buscaban, pero con tan cerrado estilo de ver el futuro, no queda de otra y la presidencia está a punto de ejercer control de una forma en la que nadie se llegó a esperar.
Florentino cansado decide liberar al británico con tal de respirar en verano
Nadie lo podría imaginar, y mucho menos proyectar, el presidente le quiere fuera y en este momento no está dispuesto a escuchar consejo alguno. Sabe que para que esto suceda antes debe pagarle la indemnización que consta de los dos años que le restan de contrato, unos 30 millones de euros. Vaya millonada.
Por tanto, y una vez se haya hecho el acuerdo, el jugador estará en libertad absoluta de negociar su futuro, viendo de cerca la posibilidad de regresar a la que fuera su casa. En Londres la gente le quiere, y con mucha mayor libertad para jugar a espacios abiertos sabe que es una plataforma ideal. Mou se sale con la suya, y lo mejor bajo sus condiciones.