Mientras no se concrete la extensión del contrato no habrá comunión entre las partes
Mucho de lo que se ha hablado esta semana en referencia a Sergio Ramos y el Real Madrid ha tenido como punto de referencia su extensión de contrato. Todo indica que las partes no se han podido poner de acuerdo y eso en parte responde al hecho puntual de no encontrar similitudes en los conceptos tenidos en cuenta para la concepción del hecho.
Ramos, como era de esperarse, viene pidiendo celeridad en el tema, pretende que el club le amplíe el vínculo por dos años más, una vez se le venza el plazo actual. La directiva, un poco más renuente, ha frenado el tema afirmando tener argumentos institucionales que rodean no solo su nivel, sino su elevada edad.
Con amenazas de partir al fútbol chino, Sergio lo que buscaba era presionar a Florentino Pérez de tirar del freno de mano y asegurárselo con el aumento sustancial de su salario. A esto le ha dicho que no en repetidas oportunidades, y hasta se ha limitado al cumplimiento de su contrato, todavía vigente.
Todo indica que hasta el mes de mayo las reuniones podrían llegar a fructificar, pues como concepto general, el club respeta el momento y no quiere desconcentrar al jugador que tiene tres duros retos inmediatos: Levante, Manchester City y FC Barcelona. Esto no solo responde a las preocupaciones propias de Ramos, sino que han estado alimentadas en base a los sondeos del club con varios importantes centrales jóvenes y de gran momento.
Ramos quiere jugar en la Casa Blanca hasta que cumpla 37 años, eso responde a 3 años más, uno que le queda y dos por firmar. Pero ni el propio René Ramos lo ha logrado, la institución merengue ofrece contrato por un año, y eso supeditado al estudio del nivel en el cual se encuentre el jugador una vez la campaña expire. Tensión e incertidumbre, a Ramos se le podría estar juntando su última oportunidad de brillar como referente blanco.