Tras el último partido ha dado un recital de excusas que han sido tomadas a mal
Rubi viene tomando una fuerte tendencia a excusar sus acciones con frases de cajón. Eso quizás es lo que más ha sacado de sus cabales a la afición, que ven en el rendimiento del Betis el reflejo de un entrenador temeroso. Tras el juego ante Valencia se han caído varias de sus murallas, una de ellas en relación a la falta de efectividad.
Según el estratega la falta de gol del Real Betis corresponde a un bache natural, de esos que tienen todos los equipos. Fuera de casa juega bien, es aplicado, sabe manejar la pelota, impone condiciones, somete al adversario pero no anota, y con eso basta para perder puntos. Mucho de razón tiene pero la gente ya lo ha detectado, no son más que excusas para escudar su mala gestión.
La valoración se dio alejada del protocolo habitual siguiendo la línea de maniobra generalizada por el Valencia debido a la alerta máxima por el contagio del coronavirus. El caso es que tras someterse a los micrófonos oficiales de LaLiga, el veredicto ha sido trabajar para intentar recomponer el rumbo, sobre todo porque se viene el Real Madrid.
Peligro en el horizonte con Pellegini y Marcelino
Poco se puede rescatar de ello. El juego evidentemente lo han controlado, pero el rival apretó y ha marcado por partida doble; al final eso es lo que vale. Ya la paciencia con Rubi ha tocado sus límites, la afición está harta de todo lo que rodea su mediocre proceder y exigen medidas de control. Por eso han salido de la oscuridad varias alternativas, donde destacan el chileno y el ex DT ché.
De los dos lo que más preocupa es el campo salarial, mucho más evidente en el caso del entrenador sudamericano. En el West Ham cobrara cerca de 7 kilos por temporada, muy alto para las posibilidades del club. En el caso de Marcelino García Toral todo se ajusta mejor, y de hecho se dice que ya se han iniciado los acercamientos para concretar en verano.
Todo corresponde a un simple rumor, una de esas cosas que no dejan de estar en la contienda de la gente cercana al club bético. Pero a medida que pasan los días, las semanas y las jornadas, se va haciendo más fuerte por presión misma de la gente, están hartos de ser un equipo de mitad de tabla y requieren acciones directas para saltar del anonimato.