Primera portería a cero y los elogios desde el seno del club no se han hecho esperar
Un momento especial ha vivido Roberto Jimémez en el último partido del Real Valladolid a cuenta de su portería en cero. Han ido a Osasuna, han sacado un empate valioso y se han permitido seguir en pie de lucha para mantener la máxima categoría. Las sensaciones han sido espectaculares, más que nada porque su actuación ha sido brillante, técnicamente perfecta y en materia de resultados acorde a las expectativas.
En su noveno partido con la elástica de los pucelanos ha podido brillar y ha sido la figura dentro de la pálida producción ofensiva que han ofrecido ante un rival que no ha contado con gran parte de sus titulares. En los ocho encuentros anteriores siempre recibió goles (12), por lo que en este momento se celebra tan eufóricamente su resultado.
Si Roberto sigue como viene, deja el camino libre para uno de sus compañeros que en el Valladolid hasta hace poco era relevante
Lo primero que ha resultado de todo esto ha sido que la mirada se ha centrado en Jordi Masip. El ex del FC Barcelona tiene claro que no va a tener espacio en el equipo principal y eso le ha dejado un margen muy poco favorable de hecho. Ya se piensa en su salida como mediación a su presente, partiendo del club mismo que no quiere ver estancados sus sueños de seguir siendo importante a nivel profesional.
El Betis de inmediato se ha dejado ver, es el club por excelencia que busca componer una buena dirección en ese sentido, teniendo en cuenta que no ha podido solucionar las especulaciones en la zona. Ya tienen fijo a Rui Silva, pero si el portugués llegase a pisar tierras hispalenses, el primero en salir será Joel Robles. Eso está claro y para la suplencia hay que ir pensando en alternativas.
Masip representa experiencia, calidad y bajo costo, lo justo para el Betis versión Pellegrini
También se habla de la salida de Claudio Bravo, quien ha dejado abiertas sus opciones de regreso al fútbol chileno. Más allá que sean solo especulaciones, lo cierto es que de su propia boca ha salido esta marea revolucionaria, que ha encendido las alarmas en la dirección técnica. Pellegrini ha respondido, y certero ha ido cerrando las puertas de las ya conocidas palabras del portero de 38 años.
Bravo se queda, al menos mientras tenga contrato vigente. No ha podido jugar porque viene de una lesión, y se sabe que necesita ritmo para poder afrontar de nuevo la custodia de los tres palos. Aunque en esto del fútbol se sabe, nada está escrito y cualquier cosa puede pasar, incluso con el tiempo en contra.