El joven talento del Deportivo de La Coruña ha roto barreras esta temporada, pero en Riazor no se conforman y la exigencia es clara: dejar huella definitiva con un nuevo récord goleador que lo consolide como referente del club
Desde su irrupción en el primer equipo, Yeremay Hernández ha demostrado que no es una promesa más, sino una realidad arrolladora. Con tan solo 22 años, el atacante del Deportivo de La Coruña ha firmado un arranque de temporada brillante, sumando 12 goles y superando al mítico Andrés Guardado, quien ostentaba el récord como centrocampista más goleador del club. El impacto del canterano ha sido inmediato, impulsando al conjunto gallego en su lucha por volver a la élite del fútbol español.
Lejos de amedrentarse, Yeremay ha asumido el liderazgo ofensivo de un Deportivo en reconstrucción. Su velocidad, desborde y efectividad en el área han sido claves para mantener al equipo entre los 42 clubes que conforman la Primera y Segunda División del país. Un objetivo estratégico para la directiva coruñesa en plena reestructuración institucional. Su rendimiento lo ha situado como una pieza imprescindible en la plantilla dirigida por Imanol Idiakez.
Una carrera contrarreloj para superar a las leyendas
Con siete jornadas aún por disputarse, el atacante tiene al alcance a figuras como Lassad, Riki y Quique González, quienes marcaron 13, 14 y 15 goles respectivamente en sus mejores campañas como blanquiazules. La posibilidad de igualar o superar esos registros ha desatado la ilusión en Riazor, donde el público ya lo aclama como el heredero natural de los grandes delanteros del club.
Cada gol de Yeremay lo acerca a un lugar privilegiado en la historia del Deportivo. No es solo una cuestión de números, sino de sensaciones. El joven canario contagia ambición, confianza y compromiso. Si logra mantener este nivel en el tramo final del campeonato, podría dejar una huella imborrable en el club justo cuando más se necesita una figura que inspire.
El Deportivo ya trabaja en su blindaje
La directiva, consciente del talento que tiene entre manos, prepara una renovación con cláusula disuasoria para blindar a Yeremay de posibles ofertas en verano. El interés de equipos de Segunda División y algunos clubes extranjeros ha comenzado a circular en los entornos del jugador, por lo que asegurar su continuidad se ha convertido en una prioridad urgente.
Por ahora, Yeremay mantiene el foco únicamente en el campo. No se deja distraer por rumores ni elogios. Su compromiso con el proyecto de Riazor es total y su único objetivo es ayudar al equipo a lograr el ascenso. De seguir así, no solo pulverizará marcas internas, sino que consolidará su nombre como uno de los grandes protagonistas de esta temporada.
