El Celta de Vigo vivió una noche de luces y sombras en su último partido, donde un inicio complicado marcado por un polémico penalti en contra no impidió que el equipo mostrara su carácter
El partido de anoche dejó un sabor agridulce para el Celta y su entrenador, Claudio Giráldez. El equipo volvió a empezar desde atrás en el marcador debido a una acción polémica que terminó en penalti, algo que ya había ocurrido en encuentros anteriores. Giráldez no esquivó el tema. “Es duro empezar así, pero si el árbitro revisó la jugada y la señaló, es porque era penalti”. A pesar de esto, el técnico destacó la capacidad de reacción de su equipo, algo que, según él, demuestra el carácter del grupo.
En la primera mitad, el partido fue más bien plano. Giráldez lo resumió con claridad. “No pasó nada destacable en ninguna de las dos áreas”. Sin embargo, la segunda parte fue distinta. El Celta salió con más intensidad, más verticalidad y, sobre todo, con más ganas. “Estuvimos mejor, con más empuje y determinación”, comentó el entrenador, quien se mostró satisfecho con la reacción de sus jugadores.
Competimos bien: pero hay que mejorar detalles
Giráldez no se conformó con el empate, pero reconoció que el punto tiene su valor. “Sumar es importante, y esto nos ayuda a afrontar el próximo partido contra Valencia con ilusión”, dijo. El técnico cree que el equipo hace muchas cosas bien, aunque sabe que hay aspectos que pulir. “Seguimos mejorando en detalles pequeños, pero el esfuerzo está ahí”, añadió.
Sobre la alineación, Giráldez fue claro “Si ganas, repites; si no, cambias. Pero no tenemos una bola de cristal para saber qué pasará”. También destacó la importancia de los cambios durante el partido, que fueron clave para intentar darle un giro al encuentro. “Los jugadores que entraron desde el banquillo aportaron frescura y ayudaron a buscar el empate”, explicó.
Queríamos ganar: pero la reacción del equipo fue positiva
El entrenador dejó claro que el empate no era el objetivo. “Queríamos ser valientes e ir a por la victoria”, afirmó. Giráldez explicó que retrasó la entrada de Hugo Álvarez tras el gol de Pabló Durán para no frenar el ímpetu del equipo. “En general, estuvimos bien en un campo complicado, con el césped rápido y a una hora poco habitual”, reconoció.
Aunque el gol en contra fue un mazazo, Giráldez se mostró orgulloso de la reacción de sus jugadores. “Encajar tan pronto pesa, pero el equipo supo remontar. Esto habla de su competitividad, de su alma y personalidad”, subrayó. Con esta actitud, el entrenador confía en que las cosas mejorarán. “Si seguimos así, los números y las sensaciones irán a mejor”, concluyó.
