Osasuna entra en zona crítica justo antes de visitar uno de los campos más complicados del campeonato. Con dos bajas clave y una racha que no levanta cabeza, el equipo de Vicente Moreno afronta un duelo decisivo ante el Athletic Club en San Mamés
El calendario no perdona y Osasuna llega a uno de los escenarios más hostiles de LaLiga con el agua al cuello. Vicente Moreno se juega algo más que tres puntos en su visita a San Mamés este domingo (31 de marzo, 16:15h), obligado a reinventar su once titular tras perder por sanción a su portero titular, Sergio Herrera. El castigo llega en un momento crítico, y todo apunta a que Aitor Fernández, sin minutos esta temporada, tendrá que ponerse los guantes en un estadio que conoce bien, pero donde jamás ha jugado como profesional.
Como si la situación no fuese ya límite, el equipo navarro también pierde a Iker Muñoz, lesionado en el duelo ante el FC Barcelona, y a su posible sustituto, Lucas Torró, suspendido por acumulación de amarillas. Dos ausencias más que golpean el sistema de juego de Moreno, que no solo ve cómo se desmorona su plan táctico, sino que además deberá recurrir a piezas menos habituales para sostener al equipo frente a un rival exigente y en un entorno que no concede favores.
Osasuna atraviesa una tormenta que amenaza con cambiar el rumbo del club
El desgaste anímico es evidente. Desde la última victoria ante la Real Sociedad en febrero, los de Vicente Moreno no han vuelto a celebrar un triunfo. Los empates ante Rayo y Las Palmas han sabido a poco, y las derrotas ante Celta y Getafe han dolido doble, no solo por los puntos perdidos, sino por tratarse de rivales directos en la lucha por la permanencia. Con una plantilla limitada y una afición que empieza a impacientarse, Osasuna necesita un punto de inflexión urgente.
El técnico sabe que su continuidad está ligada a una reacción inmediata. En el horizonte asoman partidos clave ante Espanyol, Girona, Alavés y Leganés, donde se jugarán gran parte de sus opciones de seguir en Primera. Pero todo empieza en San Mamés. Un estadio donde Osasuna ya supo ganar en enero, por Copa del Rey, y que ahora se presenta como el último asidero para no caer al vacío.
San Mamés no perdona y Vicente Moreno lo sabe mejor que nadie
Moreno ha intentado mantener la calma ante los medios, pero en el vestuario ya se habla de “finales” más que de jornadas. El discurso optimista empieza a agotarse y los resultados no acompañan. Si algo ha quedado claro es que, sin resultados, no hay excusas que valgan. El Athletic, además, llega lanzado en casa y no regalará nada a un rival que se presenta tocado, sin líderes claros en el campo y sin margen para más errores.
Este domingo, Osasuna se enfrenta a algo más que un partido. La presión, la historia reciente y los fantasmas del descenso se combinan en un choque que podría marcar el destino de la temporada y el del banquillo. Moreno se la juega en San Mamés. No hay vuelta atrás.
