Con sólo cuatro puntos de diferencia, ambos llegan con dinámicas dispares y sistemas opuestos. Mientras los navarros se hacen fuertes en casa, el equipo de Caparrós necesita reaccionar para alejarse del peligro
Llega un partido con sabor a revancha y con implicaciones directas en la tabla. Osasuna, 11.º con 41 puntos, recibe a un Sevilla que coquetea con la zona baja desde hace meses. Los navarros, con Vicente Moreno al mando, acumulan más empates que victorias, pero apenas han caído en 9 de 32 partidos. Enfrente, el conjunto de Joaquín Caparrós, instalado en la irregularidad, ha ganado lo mismo que ha perdido, 9 triunfos y 13 derrotas, lo que le deja 15.º con 37 puntos.
Ambos llegan con dinámicas muy distintas. Osasuna ha sacado carácter en partidos difíciles y ha mostrado una defensa firme pese a encajar 46 goles. El Sevilla, por su parte, no consigue frenar la sangría en su zaga, 43 tantos recibidos y sólo 35 anotados. Aunque la distancia entre ambos es de apenas 4 puntos, la sensación es que el equipo local parte con más estabilidad y una plantilla con menos sobresaltos internos.

Últimos onces revelan estilos opuestos y estructuras tácticas muy marcadas
En el último encuentro, Osasuna apostó por un 5-3-2 con Sergio Herrera en portería, acompañado por tres centrales, Boyomo, Catena y Herrando. En los laterales, Areso y Bretones aportan proyección ofensiva. El mediocampo se sostuvo con Lucas Torró, Moncayola y Oroz, jugadores de buen despliegue físico y criterio. Arriba, Rubén García y Budimir ofrecieron soluciones en vertical.
El Sevilla, en cambio, utilizó un 4-2-3-1 con Ørjan Nyland bajo palos, escoltado por Carmona, Loïc Badé, Ramón Martínez y Pedrosa. En el doble pivote, Agoumé y Gudelj (baja por sanción) dieron equilibrio. Peque fue el nexo en la mediapunta, con Lukébakio y Ejuke por bandas, mientras que Isaac Romero asumió la referencia ofensiva. Dos ideas distintas, una más conservadora, otra más ambiciosa con balón.
Las bajas y la disciplina pueden definir el pulso entre dos bloques inestables
Ambos equipos llegan al duelo con bajas relevantes. Osasuna pierde a Raúl García (ojo) y a Moncayola (isquiotibiales), además de arrastrar la sanción de Gudelj por acumulación de tarjetas. En Sevilla, preocupa el estado físico de Rubén Vargas, Akor Adams y Tanguy Nianzou, todos con molestias musculares.
En cuanto a disciplina, empatan en amarillas, 77 por equipo. Pero hay un dato que puede marcar diferencia, Sevilla ha recibido 5 rojas, mientras que Osasuna ninguna. Este tipo de detalles, en un partido tan igualado, pueden marcar el ritmo y hasta el resultado. Las estadísticas muestran que los de Caparrós cometen menos faltas, pero también son menos contundentes en defensa. Y eso, en El Sadar, pesa. Ambiente caliente, urgencias cruzadas y necesidad de puntos. El duelo en Pamplona no es de gala, pero sí de alto voltaje.