El equipo dirigido por Alessio Lisci mostró su carácter luchador, superando las adversidades con ajustes tácticos precisos y el respaldo incondicional de su afición. En una rueda de prensa marcada por la sinceridad del técnico, se destacaron las claves del triunfo: fe, trabajo constante y el impacto de los cambios realizados en el segundo tiempo
El Mirandés sigue demostrando que no hay imposibles en el fútbol. La victoria ante el Levante dejó una lección de fe y trabajo constante, una combinación que, según Alessio Lisci, entrenador del equipo, fue el motor principal para superar a un rival tan fuerte. Con goles en momentos clave, el equipo logró imponerse gracias a la insistencia de sus jugadores y la pasión de la afición en Anduva.
Desde el inicio del encuentro, el Mirandés mostró un planteamiento sólido, aunque con ciertas limitaciones en su juego posicional. Alessio Lisci reconoció que el equipo no se encontraba en su mejor momento físico, algo evidente tras tres semanas sin entrenar regularmente. Sin embargo, el cambio de estrategia en la segunda parte fue determinante para inclinar la balanza.
Cambios tácticos y jugadores clave impulsan al Mirandés hacia la victoria
El análisis de Lisci tras el encuentro destacó el impacto de los cambios tácticos. Ajustar la presión hacia una versión más agresiva permitió al equipo dominar los duelos y generar oportunidades claras. Los ingresos desde el banquillo, especialmente de Joel Roca y Dadie, ofrecieron esa chispa necesaria para mantener el control en los momentos finales.
El entrenador fue honesto al admitir que algunos ajustes no funcionaron de inmediato, pero el compromiso del grupo hizo la diferencia. Resaltó la importancia de tener jugadores que contagien energía y transmitan confianza en el campo, algo que se vio reflejado en el gol de Joel, quien está en pleno crecimiento desde su actuación en Castellón.
La disciplina y el papel de la afición, factores decisivos
Lisci también reflexionó sobre la disciplina táctica y las decisiones individuales en momentos críticos. El saque de banda de Hugo Rincón, que terminó en el gol del empate, fue un ejemplo perfecto de cómo la improvisación puede generar resultados inesperados. Aunque inicialmente fue motivo de molestia para el técnico, terminó siendo una jugada clave en el partido.
Por último, el entrenador no dejó de alabar a la afición de Anduva. Reconoció que su apoyo incondicional fue vital, especialmente en los momentos de mayor presión. Comparó la atmósfera del estadio con un empuje adicional que llevó al equipo a mantener la intensidad hasta el final.