Una instancia legal le habría hecho plantearse jugar de esa forma, directa y al corazón de la afición
Todo lo que ha significado el hecho de que Leo Messi se mantenga en el FC Barcelona, ha logrado revolucionar el entorno, y ha desatado una ola gigante de críticas y manoseos. Josep María Bartomeu más que nadie lo sabe, y eso si que es un precedente importante. Las salidas fallidas, los tratos al jugador, y sobre todo, la risotada final la puede pagar muy cara cuando inicien las fechas FIFA.
En Sudamérica se pone en marcha en breve la clasificactoria al mundial de Qatar 2022. La crísis de la pandemia ha acortado los tiempos, y empezando el otro mes se da de manera inapelable una doble jornada donde Argentina deberá jugar ante Ecuador y Bolivia. Messi de esa manera podría perderse el clásico, si es que decide aceptar el llamado de Scaloni.
Estado de alerta absoluto para Koeman, que depende en extremo del talento del rosarino
Una vez se supo esto de inmediato el cuerpo técnico dejó ver su descontento, tan solo es un postulado y como era de esperarse, se ha hecho un análisis de las situaciones. Si Messi decide irse a jugar los duelos con Argentina, deja al club a la deriva con tres retos ligueros pendientes, uno de ellos el que tendrá que disputar ante el Real Madrid, ni más ni menos.
Ante la crítica esto ha sido señalado como una venganza. Es una manera singular de mostrar el desapego a la política ejercida por Bartomeu, que en lo que lleva de gestión aparte de las malas decisiones, ha decidido echarse a la espalda un peso pesado como Messi, que tiene no solo poder de decisión en lo directivo, sino que además la gente le respeta y le quiere.
Bartomeu tiene que seguir en búsqueda de activos de re nombre, si no quiere terminar peor
Más allá de eso, el tema que ahora recubre la tranquilidad de los culés, es intentar confeccionar un equipo capaz de salir y dar la cara ante la adversidad. El capitán ya lo dijo en la entrevista concedida el día que aclaró su futuro, el equipo necesita reforzarse y eso es evidente. Si no le dan lo que pide, este año será solo su pasaporte de salida, y las opciones de seguirle viendo como blaugrana se extinguirían.
A las necesidades hay que sumarle la exigencia natural que representa la camiseta, y lo que el grupo en general ha detectado. Incluso, apoyados por la visión de Koeman, que se ha unido a Messi en la exigencia de unas cuantas piezas. Lateral derecho, mediocentro, un central, y un delantero como mínimo. Hasta el momento no hay nada, y el debut a la vuelta de la esquina.