Los audios filtrados del VAR ponen en jaque a Luis Medina Cantalejo en el CTA
La presidencia de Luis Medina Cantalejo en el Comité Técnico de Árbitros (CTA) se tambalea tras los audios filtrados del VAR del partido entre el Real Madrid y el Almería. Gerard Romero, de Jijantes, hizo públicos estos audios, provocando un terremoto en el entorno del fútbol español.
Incluso los allegados a Pedro Rocha, presidente en funciones de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), aconsejan alejarse de las controversias que envuelven a Medina Cantalejo. La situación se agrava para Medina Cantalejo si Pedro Rocha decide retirar su apoyo.
La polémica se intensifica, Laporta y otros actores clave opinan
A pesar de los esfuerzos del CTA por ser más transparente, con ruedas de prensa y la divulgación de conversaciones con la sala VOR, la confianza en el organismo está seriamente dañada. Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, ha sido una de las voces más críticas, cuestionando la integridad de la competición y sugiriendo que la Liga está siendo adulterada.
El diario Relevo informó que Pedro Rocha ya está recibiendo consejos para distanciarse de Medina Cantalejo. En el horizonte de la RFEF, se perfilan 16 candidatos para la presidencia, entre ellos figuras destacadas como el árbitro Antonio Miguel Mateu Lahoz y el periodista Carlos Herrera, de COPE.
¿Qué futuro le espera al Comité Técnico de Árbitros?
Esta opinión, sumada a las quejas de aficionados y medios afines al Real Madrid, aumenta la presión sobre Medina Cantalejo La integridad del CTA y su presidente está ahora más cuestionada que nunca. La filtración de los audios del VAR no solo ha sacudido la confianza en el organismo, sino que también ha puesto en duda la imparcialidad de las decisiones arbitrales.
La situación actual plantea un desafío significativo para la RFEF y para el futuro del arbitraje en el fútbol español. La credibilidad y la justicia en el juego dependen en gran medida de cómo se maneje esta crisis. Además, es esencial que se implementen medidas para restaurar la confianza de los equipos, jugadores y aficionados en el sistema de arbitraje.