En el año 1998 se enfrentaban Manchester United y Manchester City, Roy Keane estaba muy enfadado con Alf-Inge Haaland e intentó lesionarlo, pero la jugada le salió mal. En el intento se rompió los ligamentos de su rodilla derecha, extraño pero cierto. Roy no es de los que olvida y perdona.
Corría el 2001, se jugaba el derbi de Manchester, y Roy Keane tenía una espinita clavada. Sin venir a cuento y por venganza Roy realizó una entrada durísima al noruego Alf-Inge Haaland, esta entrada le costaría la roja a Keane y algo más a su oponente: en el 2002 a raíz de la lesión producida por el irlandés del United tuvo que dejar los terrenos de juego.