El portero del Valencia tomó una decisión de riesgo y le salió mal
En la Eurocopa, mantener la cabeza fría es esencial para evitar errores que puedan tener consecuencias fatales. Giorgi Mamardashvili, portero de la selección de Georgia, cometió un error garrafal al subir a rematar un córner en los minutos finales del partido contra Turquía. Este impulso, aunque nacido de la pasión por buscar el empate, podría resultar en la eliminación de su equipo del torneo.
La temeridad de subir a rematar
Con el marcador en 2-1 y el tiempo añadido ya en marcha, Mamardashvili subió hasta en tres ocasiones a rematar los córners, mostrando un ímpetu que muchos considerarían innecesario. La primera subida ocurrió justo al comenzar el quinto minuto del descuento, cuando el árbitro había añadido seis. Esta decisión temeraria permitió a Turquía aprovechar un contraataque para marcar el tercer gol, sellando un 3-1 definitivo. Este gol no es trivial; la diferencia de goles es crucial en la Eurocopa para determinar qué equipos avanzan a las fases finales.
La importancia de la diferencia de goles
En la Eurocopa, la diferencia de goles juega un papel fundamental para decidir qué equipos clasifican como mejores terceros. Cuatro de los seis equipos que finalicen en tercera posición en sus grupos avanzarán a los octavos de final, mientras que los otros dos quedarán eliminados. Este formato, introducido en 2016, ha demostrado que incluso una pequeña diferencia en los goles puede ser decisiva.
En 2016, selecciones como Eslovaquia e Irlanda avanzaron con cuatro puntos, mientras que equipos como Portugal y Albania se clasificaron con tres puntos gracias a una mejor diferencia de goles. Portugal avanzó con un balance general de 0 y cuatro goles marcados, mientras que Irlanda del Norte, con una diferencia similar pero dos goles menos, también progresó. Albania, con un balance de -2, quedó eliminada. Este patrón se repitió en la Eurocopa de 2020, donde Ucrania avanzó con una diferencia de -1, mientras que Finlandia y Eslovaquia quedaron fuera con -2 y -5 respectivamente.
Para Georgia, el gol adicional encajado podría ser la diferencia entre avanzar o ser eliminados. Si Mamardashvili no hubiera subido, es probable que el marcador final hubiera sido 2-1, manteniendo una diferencia de goles más manejable y aumentando sus posibilidades de avanzar si logran una victoria en los partidos restantes.
La lección es clara: cada gol cuenta, especialmente para equipos que luchan en la parte baja de las clasificaciones. El ímpetu de Mamardashvili, aunque comprensible, puede haber comprometido las opciones de Georgia en la Eurocopa. El equipo merecía, por su juego y ocasiones, al menos un empate contra Turquía, pero se marcha con una derrota que podría ser fatal.