El Málaga logró un empate de infarto ante el Deportivo en un partido donde La Rosaleda volvió a ser decisiva. Un gol del canterano Chupete en los últimos minutos desató la euforia en la afición y dejó a Sergio Pellicer satisfecho
El Málaga consiguió empatar un partido que parecía perdido frente al Deportivo gracias a un gol agónico del canterano Chupete. La Rosaleda vibró con el tanto, que confirmó una vez más la conexión especial entre equipo y afición. En rueda de prensa, Sergio Pellicer no ocultó su satisfacción con la actitud de los jugadores, destacando el papel fundamental de La Rosaleda, lanzando incluso un dardo sobre la idea de jugar en otro estadio. “Esto en el Olímpico no pasa”. El técnico valoró el empate como un reflejo del crecimiento del equipo, especialmente en un duelo marcado por altibajos emocionales.
Pellicer reconoció que la primera parte fue complicada para su equipo, con un Deportivo que dominó la posesión y aprovechó espacios en el mediocampo. Sin embargo, destacó cómo el equipo reaccionó tras el gol rival, mostrando carácter y garra para evitar la derrota. Según el técnico, “hace dos años no hubiésemos empatado este partido”.
Pellicer analiza las claves tácticas y el desgaste físico tras el parón
El entrenador del Málaga admitió que el regreso a la competición tras el parón no es sencillo. Más allá del aspecto físico, señaló que el estrés emocional y la falta de ritmo competitivo influyeron en el desarrollo del partido. “Es complicado para todos. Este año ha habido muchos parones, y eso genera tensiones. Competir de nuevo siempre cuesta”.
Pellicer también explicó los ajustes tácticos realizados tras un inicio complicado. En la primera mitad, los extremos del Deportivo lograron hacer daño, encontrando constantemente al hombre libre. El cambio en el esquema y la entrada de jugadores como Yanis y Víctor dio un nuevo aire al equipo, que terminó el partido empujando al rival contra su portería.
Disciplina y lesiones: un desafío constante
El técnico malaguista se refirió también a la importancia de mantener la concentración en los momentos clave. Aplaudió la gestión de Jokin, quien supo jugar con una tarjeta temprana, y destacó el aprendizaje que dejó el partido. Además, mencionó las dificultades enfrentadas por el equipo en cuanto a lesiones y enfermedades recientes, como el proceso vírico de Baturina, que condicionaron las opciones tácticas.
Finalmente, Pellicer no quiso dejar de lado el impacto de Chupete, cuyo gol fue un desahogo para el equipo. “Ahora todo el mundo quiere a Chupete, pero hay que saber manejar los tiempos. Mañana estará con su equipo en la Ciudad Deportiva, porque esto va paso a paso”. El técnico dejó claro que, aunque el canterano fue clave en esta jornada, el enfoque debe seguir siendo el trabajo diario.
