Una idea que pronto ha ganado el interés del mundo del fútbol, por las palabras y los motivos que le han llevado a adoptar esa postura
En el Atlético de Madrid se ha terminado un ciclo, el de Germán el mono Burgos. El que fuera asistente técnico de Diego Pablo Simeone ha decidido dar por finalizada su etapa como ayudante del club para emprender sus propios retos profesionales fungiendo como entrenador en propiedad. Y las ideas las tiene claras, como para haberlas soltado en primicia ante los medios.
Lo primero que ha espetado el ex portero de River Plate y la selección argentina ha sido que quiere iniciar su carrera en el país. Entrenar en España le permite seguir cultivando experiencias favorables, y aparte le monta un buen ambiente ya que tiene su vida hecha en Madrid desde hace varios años.
La sentencia no ha dejado lugar a replicas por parte de nadie
Pero lo mejor vino cuando le han preguntado a qué club le gustaría entrenar, y el mono con su personalidad característica no ha dudado en soltar las fieras, los únicos clubes que no dirigiría serían: Real Madrid, FC Barcelona, y Boca Júniors. De resto podría entrenar básicamente al que sea que le ofrezca una oportunidad.
Las razones las alimenta su sentido de pertenencia y ese espíritu de lealtad con quiénes por años le han acogido de la mejor manera. En Argentina existe algo llamado amor por los colores que algunas personalidades del fútbol saben llevar hasta el final casi como una ley inquebrantable. Si bien su objetivo es dirigir en todo el mundo, sabe y tiene claro que España es su primer escaparate.
Sobre el Atlético Burgos ha afirmado que algún día lo entrenará
La carrera de un entrenador es una carrera limitada, y Burgos sabe que las oportunidades se dan en tanto se demuestre calidad. Se va a preparar de tal manera que su objetivo más cercano sea dirigir al club de sus amores, a River Plate, pero tampoco ha dejado muerta la esperanza del Atlético, aunque de momento lo ve muy complicado.
Sabe que ese momento llegará, de eso no tiene la menor duda, lo que no sabe es cuándo será ese instante. Pero tiene fe, y se apega a varios conceptos, como el que aprendió de Marcelo Bielsa, el que afirma que como máximo representante de las riendas deportivas de un club lo último que va a negociar será el despliegue físico. Por el momento sigue a la espera, observando posibilidades.