Levante dominó durante buena parte del encuentro, generando varias ocasiones claras, mientras que Oviedo resistió y buscó el contragolpe para sorprender
El partido entre Levante y Oviedo, disputado en el Ciutat de València, terminó en un empate 0-0 tras 90 minutos de gran intensidad pero sin goles. El encuentro fue una lucha constante, con momentos de brillantez por parte de ambos equipos, pero ninguno logró concretar sus oportunidades. Desde el pitido inicial, Levante se mostró más dominante, imponiendo su ritmo y acercándose al área rival con peligro, pero Oviedo supo resistir y generar sus propios ataques a lo largo del partido.
En los primeros compases del encuentro, Levante llevó la iniciativa. La primera gran oportunidad llegó en el minuto 4, cuando Pablo Martínez se lanzó por la banda izquierda, dejando atrás a la defensa ovetense, pero su centro no encontró rematador. Esta jugada fue un aviso de lo que sería la tónica del partido para el equipo local, que buscaba el gol constantemente, aunque sin acierto en la definición. Oviedo, por su parte, respondió con una rápida transición en el minuto 17 que acabó con un disparo desviado de Ilyas Chaira, demostrando que también sabían cómo llegar al área rival.
Las defensas se imponen a los ataques en un partido muy disputado
A pesar del dominio del Levante en varias fases del encuentro, las defensas de ambos equipos jugaron un papel clave. En el minuto 19, José Morales tuvo una oportunidad inmejorable tras un balón largo que lo dejó solo frente a Escandell. Pero su intento de vaselina se fue desviado. Este tipo de acciones demuestran la calidad de los delanteros del Levante, pero también la solvencia defensiva del Oviedo, que no bajó los brazos en ningún momento.
Por su parte, el Oviedo también tuvo sus momentos de peligro, especialmente a balón parado. En el minuto 26, Alemao estuvo cerca de abrir el marcador con un cabezazo que se fue desviado por poco tras un gran centro de Chaira. El Levante siguió insistiendo, pero cada intento era neutralizado por el arquero Andrés Fernández o por la defensa bien organizada del Oviedo. El partido se mantuvo equilibrado, con momentos de tensión pero sin grandes sobresaltos.
El empate sin goles refleja la igualdad en el terreno de juego
En la segunda mitad, ambos equipos hicieron varios cambios en busca de un gol que rompiera la igualdad. Pero ninguno logró encontrar el camino al gol. El Levante continuó generando peligro por las bandas, con Pablo Martínez muy activo, pero nuevamente faltó precisión en el último toque. Escandell, portero del Oviedo, estuvo impecable, interviniendo con seguridad en cada ocasión que el Levante se acercaba con peligro.
A medida que pasaban los minutos, el partido se volvió más trabado, con faltas constantes y pocas ocasiones claras. Ambos equipos intentaron imponer su juego, pero las defensas se mantuvieron firmes. El empate sin goles terminó siendo un reflejo justo de lo que sucedió en el campo. Un duelo muy igualado donde ninguno de los dos equipos pudo imponerse claramente. Sin duda, el empate deja a Levante y Oviedo con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad, pero también con el mérito de haber competido en un partido complicado. La falta de acierto fue la clave para que el marcador no se moviera.
