El entrenador Julián Calero expresó su frustración ante la derrota, destacando los siete mano a mano fallados frente al portero rival, un golpe duro para el equipo
Tras el final del encuentro, Julián Calero no ocultó su frustración. “Es difícil de explicar cómo hemos perdido”, reconoció, haciendo hincapié en la cantidad de ocasiones claras desperdiciadas en la primera mitad. El partido, que podría haberse definido a favor de su equipo desde temprano, terminó con un marcador adverso tras una segunda parte donde el rival fue más efectivo en sus oportunidades. Los siete mano a mano fallados dejaron al equipo sin margen de reacción, evidenciando la importancia de la precisión en este deporte. “Cuando no aciertas ninguno, lo pagas caro”, enfatizó Calero.
El cambio en la dinámica del juego fue notable, y el técnico admitió que su equipo atacó donde más daño podía hacer. Sin embargo, la falta de gol fue la diferencia clave entre ambos conjuntos. Mientras que los rivales aprovecharon sus oportunidades, su equipo se quedó corto en los momentos decisivos. “Ellos metieron sus dos mano a mano. Nosotros, ninguno”, concluyó el entrenador, aceptando que en el fútbol lo único que importa es el resultado final.
Alineaciones destacadas: la apuesta de cada entrenador
Los porteros cumplieron un papel determinante en ambos lados del campo. El guardameta rival fue la figura destacada, frustrando cada uno de los siete intentos claros de su equipo. Por su parte, el portero del conjunto de Calero no tuvo la misma suerte, encajando en las pocas ocasiones que le exigieron. La línea defensiva también vivió un partido complicado. Los centrales se mostraron sólidos durante gran parte del encuentro, pero los errores puntuales terminaron pasando factura.
En el medio campo, la conexión con los delanteros fue constante, generando varias oportunidades claras para marcar. Sin embargo, la falta de efectividad en los metros finales complicó las cosas. Los delanteros, pese a mostrarse participativos, no lograron capitalizar las ocasiones, un problema que el equipo arrastra desde partidos anteriores. Los cambios introducidos en la segunda mitad buscaron dar frescura, pero el gol seguía resistiéndose.
La falta de gol y las amonestaciones complican la dinámica del equipo
Por su parte, Calero reflexionó sobre la falta de gol que ha afectado al equipo en las últimas jornadas. “Es difícil encontrar una explicación futbolística para esto”, reconoció el entrenador, subrayando que su equipo ha seguido generando tantas ocasiones como en los primeros encuentros de la temporada. Sin embargo, la definición ha sido un aspecto que aún queda por pulir. El técnico destacó que “cuando los goles no fluyen, el equipo lo sufre”, algo que espera revertir en los próximos compromisos.
Además, las amonestaciones se convirtieron en otro dolor de cabeza para el equipo. Oriol Rey fue sancionado nuevamente, esta vez por protestar, lo que dejó al equipo en una situación comprometida en el tramo final. Calero lamentó esta nueva amarilla, especialmente tras haber hablado con el jugador durante la semana sobre la necesidad de mantener la calma en momentos de tensión. “Estas cosas pasan cuando estás caliente, pero son evitables”, afirmó, dejando claro que espera más control en el futuro.
El técnico cerró su intervención con un mensaje de autocrítica, pero también de optimismo. “No somos peores por no haber marcado hoy, pero sabemos que debemos mejorar”, concluyó, enfocado en trabajar para que el equipo vuelva a encontrar la senda del gol y de los buenos resultados.