Estrada Fernández revela intimidaciones en la presentación de su libro sobre el escándalo arbitral
Estrada Fernández, exárbitro de las ligas de Primera y Segunda División, ha hecho públicas declaraciones preocupantes en la presentación de su libro, “La verdad del Caso Negreira“, en este relata las amenazas y presiones sufridas tras destapar lo que describe como uno de los mayores escándalos enfocados a los árbitros de las últimas décadas.
Durante el evento, Fernández explicó que el detonante de su querella fue sentir que su honor había sido manchado tras veinte años en el arbitraje. “Me indigna que se realizaran pagos a un vicepresidente de los árbitros por parte de un club de fútbol”, afirmó, destacando las irregularidades observadas durante su carrera.
El papel de Medina Cantalejo acerca de los árbitros y las dudas sin resolver en el Caso Negreira
Según Fernández, el presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), Medina Cantalejo, intentó minimizar el impacto de la querella, asegurando que Negreira, el vicepresidente de los árbitros, no tenía un papel relevante. Sin embargo, Fernández contradijo esta versión, indicando que Negreira poseía un poder considerable sobre decisiones críticas como ascensos y designaciones arbitrales.
Además, relató cómo Negreira lo contactó directamente para intimidarlo, exigiendo que eligiera su propio equipo de asistentes, un momento que le hizo cuestionar profundamente el sistema. Esta situación revela no solo las presiones a las que están sometidos los árbitros, sino también la posible corrupción dentro del organismo.
La lucha de Estrada Fernández y el silencio institucional
La presentación del libro no solo fue una plataforma para denunciar las amenazas recibidas, sino también para destacar la soledad experimentada en su lucha por la justicia. “Me he sentido solo en esta lucha”, confesó Fernández, aunque destacó la apertura para que más personas se sumen a su querella y denuncien las irregularidades. Además, criticó la ley del silencio impuesta en el CTA y cómo se ha extendido esta práctica a otros niveles arbitrales.
Fernández concluyó que, a pesar de las adversidades, su objetivo es limpiar el nombre del colectivo arbitral y restaurar la integridad del fútbol español. Este escándalo ha sacado a la luz no solo la corrupción posible en el arbitraje, sino también el miedo que impregna a los árbitros en activo de hablar abiertamente sobre las irregularidades.