Tras despuntar en el Coria, la entidad heliopolitana se fijó en él para que le peleara el puesto en el filial a Joaquín; sin embargo, y pese a llegar a debutar de manera testimonial con el primer equipo, las comparaciones con el portuense le pasaron factura, buscando resarcirse de ellas en un Getafe en el que despuntó a las órdenes de Pepe Mel, pero a partir del cual inició su particular camino al ostracismo.