Lo pasó mal con 0-0 y Messi en el campo. Sin Messi tuvo ocasiones para sentenciar. Sufrió a balón parado, pero los dos goles encajados fueron por mala fortuna, uno en fuera de juego y otro de rechace. Sacó un gran resultado, pero pudo ser mejor y las bajas en defensa más la posible ausencia de Messi dejan un sabor agridulce para la vuelta. Fue uno de los partidos más desconcertantes en la temporada del Barcelona y con un análisis muy complicado.
El poso que deja de cara al inmediato partido de vuelta es que, con el PSG necesitado de ganar en el Camp Nou, el Barça tendrá ocasiones aunque no juegue Messi, como ocurrió durante la segunda parte. Cesc Fábregas se encontró cómodo en esa demarcación, y suya fue la genialidad que provocó el penalti de Alexis. Claro que para ello el chileno, si es titular, tendría que acabar con su ansiedad ante el gol. Hasta en tres ocasiones se nubló. Pero también el Barça recibirá oportunidades. Sin Mascherano, Puyol ni Adriano, Marc Bartra bailará con Ibrahimovic, un pez demasiado gordo para un chico con grandes cualidades pero que aún no se ha consolidado como un central de garantías para el primer equipo.
Y la debilidad defensiva no se quedaría ahí. Mascherano se perderá las semifinales, y Puyol es una incógnita para entonces. Aunque esté, después de su enésima lesión su estado de forma no sería el mejor, por lo que el panorama en la zaga es negro, por más que se multiplique Víctor Valdés, como ocurrió una vez más en París. Ha sido la asignatura pendiente durante toda la temporada, y tendrá que corregirse en verano con un fichaje que llegue para ser titular. Pese a su buen partido en París, el Barcelona debe mejorar para levantar la Champions.