Los árbitros están expuestos a muchos conflictos hoy en día y en los últimos meses hemos visto muchas noticias de colegiados que han terminado en el hospital o que han sufrido graves casos de acoso durante y tras el partido. Los futbolistas y los aficionados del fútbol los han tomado como un blanco fácil y les faltan más y más el respeto.
Según ha informado la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas (FIFLP), en un partido de benjamines,uno de los jugadores fue expulsado y su reacción inmediata fue pegar dos patadas al árbitro en la pierna. En sí el árbitro no sufrió más que una contusión y tuvo un moratón pero la acción es considerada como grave según el reglamento, por ello el Comité de Competición decidió tomar cartas en el asunto y sancionar al jugador con siete meses sin jugar, señalando además que “no haya sido instado por su club o sus padres a pedir perdón al árbitro por su comportamiento, al menos de forma acreditada ante este órgano disciplinario”