El presidente azulgrana certifica una de las peores gestiones que se recuerdan
El presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu, va camino de otro ridículo espantoso en su gestión del club. Quique Setién empieza a asumir que no llegará el fichaje prometido para relevar a Luis Suárez. Una gestión deprimente que no está a la altura de un club de la dimensión de los azulgrana. El mercado se agota.
Porque Setién tiene una idea muy clara de cómo necesita que juegue el FC Barcelona. En su estreno ya se empezaron a ver muy claras las ideas. Equipo muy junto pero muy abierto. Dos puntales claros en banda, con Jordi Alba por izquierda y Ansu Fati por derecha. Y en el medio juntaba mucha gente con gran movilidad.
Setién no es amigo de los nueves de referencia. Pero es evidente que hace falta un Cavani, un Stuani o un Lautaro. Han sonado muchas posibles bombas, pero Bartomeu lo que único a lo que se ha dedicado ha sido a vender canteranos. Se han ido Carles Pérez, Todibo, Aleñá y parece que el siguiente será Abel Ruiz.
Es de suponer que conociendo a Quique Setién, el cántabro termine por encontrar una solución en ataque. Pero no parece de recibo que Bartomeu negocie por Rodrigo, o que el verano pasado fuese a París a por Neymar y que siempre se vuelva con las manos vacías. Un club de la grandeza del Barça no puede permitirse eso.
El bombazo es Dembélé
Pase lo que pase, desde el entorno del FC Barcelona se ha insistido en que se producirá una auténtica bomba antes del fin del mercado, que recordemos es el próximo viernes 31 de enero. Pero para eso quedan apenas horas y los aficionados azulgranas ya empiezan a intuir la bomba de Bartomeu.
Porque Ousmane Dembélé ya se entrena con el grupo y el francés se postula como el gran fichaje de Setién en este tramo final de temporada. No tardarán en salir portadas con el titular: “La bomba era Dembélé“. Es innegable que si el francés llega a su mejor nivel, con Setién puede dar mucho al Barçá.
