Míchel, fiel a su carácter luchador, dejó claro en rueda de prensa que, aunque las opciones se han reducido considerablemente, el equipo aún no está eliminado
El Girona vivió una noche amarga en el Wörthersee Stadion de Klagenfurt tras caer derrotado por un sólido Sturm Graz. El equipo de Míchel mostró un juego apagado, sin la intensidad ni la agresividad necesarias para superar a un rival que aprovechó sus oportunidades y marcó la diferencia. Con esta derrota, las esperanzas del Girona en la Champions League quedan casi enterradas, aunque el técnico insiste en que no se rendirán.
Míchel no escondió su decepción en la rueda de prensa posterior al partido. Reconoció que el objetivo de avanzar a la siguiente fase se complica considerablemente, con apenas tres puntos de quince posibles. El calendario tampoco juega a favor del conjunto catalán, que ahora debe medirse a equipos de la talla de Liverpool, Milan y Arsenal. Sin embargo, el entrenador madrileño aseguró que la Champions no está perdida y que lucharán hasta el final para mantener vivo un sueño que aún les motiva.
Un inicio esperanzador: pero con falta de contundencia y errores clave
Durante el análisis del partido, Míchel destacó que el Girona comenzó con buenas intenciones en ataque, pero los errores individuales y colectivos terminaron marcando la diferencia. “El error de Iván nos condicionó mucho, aunque no fue lo único. Nos faltó agresividad y consistencia defensiva para sostener nuestro juego”, comentó. A pesar de un planteamiento inicial prometedor, el equipo se fue diluyendo ante la presión y organización del Sturm Graz.
El técnico también fue crítico con la falta de contundencia en las transiciones defensivas. Señaló que, más allá de la derrota, deben analizar a fondo los aspectos que funcionaron y los que fallaron, manteniendo siempre el compromiso de mejorar en los partidos que restan. “No podemos quedarnos con lo negativo. Este es un aprendizaje duro, pero necesario”, añadió.
Las lesiones y la fe en el grupo
Míchel subrayó que la disciplina táctica y el estado físico del equipo son factores fundamentales para competir a este nivel. El técnico admitió que el desgaste acumulado y las bajas por lesión están pasando factura, pero se mostró convencido de que cuentan con jugadores capaces de superar estas adversidades. Aunque evitó hablar de nombres específicos, dejó claro que todos los futbolistas deben estar preparados para dar un paso adelante.
Finalmente, el entrenador cerró su intervención con un mensaje de esperanza y compromiso. “Tenemos que pasar página, pero sin olvidar lo que hemos aprendido esta noche. La Champions es un reto mayúsculo, y sé que este grupo tiene el carácter para enfrentarlo”, concluyó. El Girona, aunque tocado, no pierde su esencia luchadora, y Míchel se aferra a la convicción de que todavía queda batalla por delante.