Apelando a una estrategia ya conocida, el cántabro pretende cerrar las líneas y jugar con el desespero del rival
El clásico se jugará en apenas tres días, y tanto Real Madrid como el FC Barcelona tienen sus métodos listos para afrontar el gran duelo. Hoy se habla mucho del local y las necesidades, pero en realidad la noticia llega por la visita, y la especial estrategia de Setién que hace recordar a Valverde, ex entrenador de la institución culé.
Al fiel estilo de esperar en tres cuartos de cancha, agrupado y listo para contra atacar, espera apegarse el Barça versión Setién. Pretenden jugar con la necesidad y desespero de un rival que tiene que salir a jugarse su partido. A los blancos no les sirve otro resultado que no sea ganar, y por ello se han marcado los caminos.
Que sea del agrado o no de la afición es un tema, el caso es que Setién se vestirá de Valverde para hacer del juego una partida de ajedrez que pretende sacar al frente. Si lo consigue no solo se quita a un duro rival del camino, sino que estira la brecha y les deja heridos de muerte, pues la Champions la han entregado perdiendo en casa y ante el Manchester City.
Zidane se juega la vida y su prestigio
Hace apenas un mes que esto parecía un verdadero escándalo tan solo pensarlo. El Real Madrid se ha venido a menos y la gente además de la prensa y él mismo, creen que el responsable es solo uno, su entrenador. Por ello ha tratado de maniobrar con cautela, entiende que de no ganar su presencia en Valdebebas se complica y ese es un hecho al que no le es esquivo.
Se juega LaLiga, y un par de semanas más se juega la Champions, reto que parece casi imposible. Para el clásico tendrá la baja confirmada de Sergio Ramos, el capitán se ha ido expulsado en Ciutat de Valencia y ha dejado sin referente sobre el campo a la línea posterior. Marcelo parece casi descartado tras el buen nivel de Mendy, y Varane parece no hablar más que con su juego; no es un referente de autoridad.
Cuesta arriba y todos los elementos en contra. Real Madrid necesita más que juego un toque de inspiración, necesita tener a sus figuras alineadas y a la afición presionante para sacarse de encima el estima de la visita culé, visitante que tiene como costumbre sumar de a tres cada que le da por plantar cara en el Bernabéu.