Aconsejando y hasta señalando incita a sus directivos a centrar la mirada en un crack argentino de solo 19 años
Cansado de las frustraciones impuestas por la gestión de Eric Abidal, a Leo Messi no le ha quedado de otra que cumplir un reto más allá de sus posibilidades, como secretario técnico. Esto último responde a unas necesidades evidenciadas en el FC Barcelona, al que mejor entendimiento les está dando el crack rosarino. A Bartomeu le ha hecho llegar su última exigencia, y es un compatriota que gana enteros.
Se trata de Thiago Alamada, la joven joya de Vélez Sarsfield, que para la campaña actual se ha proclamado como la esperanza del club de cara al futuro. Su talento, impresionante, ha dejado perplejos a los críticos en su país, y ha dejado prendados a sus perseguidores en el viejo continente. Messi, muy cercano a las nuevas explosiones de su lugar de origen ha decidido apoyarle y por eso le ha metido de lleno.
Dejando de lado por un momento a Lautaro Martínez, Thiago Alamada constituye un objetivo a bajos valores con un talento descomunal. Capacitado para jugar en el eje de la creación, así como por las bandas, tiene una pegada excepcional, un don único para eludir rivales, y la velocidad propia de un competidor de pista.
Almada encantado con el apoyo de Messi se decanta por el FC Barcelona
Su nombre ya no es ajeno a la contienda habitual de conceptos en la Argentina. Varios grandes del país han intentado ir a por él, pero para el escenario es inalcanzable. De hecho, ya han llegado algunos interesantes pretendientes europeos como el Manchester City y el Sporting de Lisboa, clubs a los que la respuesta les ha sido negativa en primera instancia.
Thiago sabe que de presentarse una oportunidad como la del Barça no piensa desaprovecharla, y para ello tiene el mejor aliado de todos. Las cifras que rodean sus opciones dicen que va entre los 15 y los 25 millones de euros, asumibles a toda costa por un gigante del tamaño del blaugrana que pese a la crísis podría enfrentarlo.
La tarea está hecha, ya Messi cumplió poniendo las bondades de su compatriota sobre la mesa, el resto depende de Bartomeu y sus habilidades. Las siguientes semanas serán decisivas, ahora mucho más con el estudio de los protocolos para la reanudación de la actividad. Está claro que el juego que exhibe se ajusta a la filosofía y eso es de por sí ya un argumento. Veremos.