El capitán no quiere sorpresas y delimita así la plantilla para hacerse mucho más fuerte como equipo
Una vez más y como ejemplo viviente de lo que es ser un líder, Lionel Messi está trabajando fuertemente en la construcción de un equipo sólido que plante cara a los más grandes del continente. Ya se le hace extraño ver el comportamiento de los suyos, a los que les ha pedido más compromiso por el nombre e impacto que ellos mismos generan.
Por eso ha sacado la escoba, y ha planteado ante los expertos una verdadera recogida de escombros que por ahora nada favorecen al FC Barcelona. Y ha empezado de atrás para adelante. En el arco ha sentenciado que lo de Neto es inaudito. No juega y cuando lo hace sus respuestas no son las mejores, las necesidades no son tales en ese puesto y liberar una ficha sería un punto a tratar.
Pasando a la defensa entiende que los casos de Semedo y Umtiti son los más directos. El lateral no se ha encontrado aún, y el francés sabe que su futuro está en otro sitio. Junior Firpo aparece por ahí en la lista, aunque tiene estos juegos de por medio para demostrar de qué está hecho. Moussa Wagué, Jean-Clair Todibo y Juan Miranda, los cedidos no tendrán cabida, y se tendrán que ver envueltos en la búsqueda parcial o definitiva de club.
Al medio la cosa no es ajena, ya que ni Rakitic ni mucho menos Vidal se encuentran a gusto con su situación actual. Esto los pone un pie y medio por fuera. Arthur Melo con matricula condicional salta al escenario de los señalados, con un poco más de tiempo, el mismo que debe aprovechar de aquí al final del curso si no quiere entrar en el bloque que da salida sin retorno.
Riqui Puig y un potencial préstamo, Oriol Busquets, Carles Aleñá y Rafinha deberán seguir en donde están, y en ataque nada varía. Ousmane Dembélé pese a ser un amigo está en la composición, sale porque sale para de ese modo reunir dinero. Coutinho será colgado en la lista de futuribles, y con todo eso solo espera le cumplan un deseo, llevar de regreso a Neymar. El capitán ha hablado.