Una serie de movimientos en cadena terminaría con el jugador culé de regreso a la que fuera su casa durante los últimos años
Vaya que si han llegado noticias curiosas en el último tiempo al FC Barcelona, como el desastre directivo, el malestar generado al interno, y los fichajes. En ese cúmulo de acciones por llevada de jugadores cabe uno en especial que no ha dejado nada, Júnior Firpo. El club ha hecho una inversión importante y el jugador no ha respondido, ni siquiera porque Quique Setién está en el cargo que más le favorece.
Oportunidades claro que le han brindado, pero ha sido su comportamiento dentro del terreno de juego lo que le ha restado importancia. El más claro ejemplo ha sido el juego de ida en la Champions ante el Nápoli, actuación que ha ido en contra de todo ejercicio de confianza y que ha terminado costando goles en contra que quizás con Jordi Alba se pudieron evitar.
Por ese motivo la directiva se ha centrado en localizar un lateral izquierdo de pergaminos en el mercado, y creen que Marcos Alonso sería el más indicado. Su momento en Inglaterra no es el mejor, y con la carta de salida que le ha entregado Frank Lampard, las cosas parecen tomar una dirección certera.
Una inversión corta que atrae Bartomeu en su último año de gestión
Revisando a profundidad lo que ofrece el mercado no hay mayor cosa que plantearse en este sentido. Marcos Alonso es un lateral experimentado, con una trayectoria intachable, con sucesos en Italia e Inglaterra y con el deseo de juega para la banda culé. Tiene una de las mejores pegadas con pieza zurda que se recuerden desde esa demarcación, y entrega entre 4 y 5 goles por temporada.
El único pero que le puedan encontrar al hombre de 29 años con pasado también en la selección española es su huella merengue, recordando que fue cadete allí. De resto no hay inconvenientes, Lampard le quiere fuera, y en Londres le consideran una piedra en el zapato, tanto afición como directivos.
Su precio de salida ronda unos 25 millones de euros, y esperan sean compensados con la venta de Firpo, por el que esperan re integrar los 28 que han invertido en verano pasado. Betis sin embargo ve complejo este hecho, y se plantearía manejar la operación con otras alternativas, recordando que la solvencia no es que sea propiamente en este instante su mayor virtud.