Para el cuadro Txuri Urdin se trata de un tema de gran envergadura
Una temporada de altibajos, así podríamos calificar lo que ha hecho la Real Sociedad de Imanol Alguacil. Llegó del parón con un cupo a Champions, y ha desinflado al punto de estar al borde del abismo en la Europa League. Ahora, sin embargo lo que les preocupa ha de ser su reestructuración y la manera en la que van a enfrentar lo que se viene.
Lo primero y más urgente ha de ser revisar los casos de jugadores que han explotado y que tienen peticiones, como Alexander Isak. El sueco ha demostrado ser un crack en todas sus líneas, contundente y muy diverso en sus movimientos. Es el típico jugador que pese a su edad no le queda grande un reto, o que se lo pregunten al Real Madrid.
El señuelo está puesto, pero la decisión no la toma la directiva
Ya estuvo Isak en los planes de los dos grandes, y ha sido el FC Barcelona el que más ha insistido en ello. No caben dudas de eso, le creen y mucho más que nada por sus especiales características de jugar en punta, y de apuntalar con calidad y velocidad. Es más que claro que en el lugar de Suárez podría triunfar.
Incluso se han atrevido a compararlo con Samuel Eto’o, una de las leyendas vivientes del club. Esta campaña ha sellado 9 anotaciones en Liga, y 7 más por Copa del Rey, una de las competiciones que sigue sin terminarse, y en la cual están inscritos para jugar la gran final. Una de sus motivaciones de hecho, sumado a lo que pueda ser su campaña en Europa.
Isak entrega su boleto a la directiva, ellos sabrán qué hacer en su caso
Para ir al FC Barcelona necesita más que talento, necesita ser del gusto de Messi, eso es evidente. Y el argentino más allá que le ha destacado sus bondades no le ve con la figura para establecerse allí. Para eso él prefiere a Lautaro Martínez o a uno de los cracks figurantes en las grandes Ligas. Por eso su decisión parcial.
No se quiere marchar de momento de San Sebastián, y ha admitido como lo hizo Martin Odegaard, estar al menos la siguiente temporada al orden de los vascos. Eso le quita presión a sus dirigentes, y le traslada la preocupación a los culés, que cada día tienen el reloj más en contra de lo que se pudieran esperar.