Si el entrenador desea continuar al frente del equipo catalán antes deberá hacer re ingeniería en sus conceptos
El día de ayer la directiva del FC Barcelona y el entrenador del equipo, Ronald Koeman sostuvieron una reunión donde se ha hablado de muchas cosas, incluida la condición de continuidad al mismo. No iba a dejar pasar la oportunidad Joan Laporta de transmitir sus sensaciones ante una situación que leguas se nota que no es de su entero agrado.
Tanto el presidente, como el vicepresidente deportivo, Rafa Yuste han entregado su versión de lo visto hasta el momento. Entienden perfectamente lo álgido del caso, pero exigen modificaciones si se quiere continuar con el armado del proyecto. Varios puntos han sido decisivos, como el entorno político, la ausencia de figuras y la falta de concreción de la anterior junta por dotarle de jugadores de calidad.
Parte de la condición radica en modificar el estilo, la estructura y la forma de ver el fútbol por parte de Koeman
La identidad del club es algo que les ha caracterizado por años. El FC Barcelona es un equipo que juega alegre, sin contenerse y mucho menos sin la necesidad de incluir en cambios tan radicales que alteren en correcto andar. Laporta le ha dicho en su cara que no es amante del 3-5-2 y que quiere en su modelo de juego a un Barça más ofensivo y consistente.
Lo que ha visto hasta la fecha no colma sus expectativas, ni en materia de resultados ni mucho menos en lo que es el referido al ADN del club. Eliminar ese esquema de tres centrales es prioridad y sabe que para eso debe dotarle de mayores elementos. Comprende y valora lo hecho, no es sencillo llegar a un equipo diezmado, sin jefe máximo, con la amenaza de fuga por parte de Messi, y con el golpe de la temporada anterior donde se habían quedado sin nada.
Es el momento de hacer un borrón y cuenta nueva
El lavado de cara deberá ser integral, desde el vestuario, directivo y luego trasladado en el terreno de juego. La elegancia de ver un equipo con ambición, concentrado y manejando conceptos tácticos definidos es algo que no va a dar espera. La propuesta ganadora en las urnas ha derivado en posibles fichajes de re nombre que avalen el trabajo realizado desde el banquillo.
Sea como sea es la última advertencia, ellos no tienen problema alguno en eliminar la figura del entrenador y relevarlo por otro. Es de popular conocimiento la idea que se posee, pero van a intentar ser lo más pulcros posible. Koeman parece recibir un espaldarazo de confianza que debe transmitir a partir de la siguiente temporada con la materialización de títulos.