La llegada del FC Barcelona Femenino a Bilbao para la final de la Champions estuvo marcada por un gesto único de Irene Paredes
El conjunto azulgrana ya se encuentra en Bilbao para disputar la final de la Champions este sábado ante el Lyon. Un nutrido grupo de seguidores del FC Barcelona femenino aguardaba este viernes a las puertas del Occidental Bilbao. Esperaban por las aspirantes a colocarse la corona europea, a pocas horas de la final en San Mamés. Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Mapi León y el resto del equipo llegaron poco antes de la una de la tarde.
Sin embargo, para decepción de la hinchada, ninguna de ellas se detuvo a saludar ni a firmar autógrafos, y todas se dirigieron directamente hacia la recepción del hotel, excepto Irene Paredes. Paredes, exjugadora del Athletic, se juega su segundo título de Champions en la que fue su casa durante cinco temporadas, entre 2011 y 2016. Quiso tener un cariñoso gesto con aquellos que esperaban para poder saludarla.
A la salida del autobús, toda la plantilla giró a la izquierda hacia el hotel, pero Paredes fue directa a su derecha y empezó a firmar camisetas
El gesto de Paredes fue muy apreciado por los aficionados presentes. «Es la mejor», reconocían los seguidores allí reunidos. Un aficionado, visiblemente emocionado, comentó a Relevo: «Sigo a Irene desde hace años. Es mi jugadora favorita y me gusta mucho cómo juega. Somos de Cataluña». Este seguidor, con una txapela comprada en Bilbao, se fue feliz con su deseada firma, resaltando el impacto positivo que tuvo la actitud de la jugadora.
La dedicación de Irene Paredes hacia sus seguidores demuestra su humildad y compromiso con el deporte, siendo un ejemplo a seguir tanto dentro como fuera del campo. Sus acciones reflejan un profundo respeto hacia aquellos que apoyan al equipo incansablemente, destacándose no solo como una atleta excepcional, sino también como una persona de gran carácter.
La importancia del gesto de Paredes
El gesto de Irene Paredes no solo destacó por su amabilidad, sino que también mostró su conexión con la afición. Este tipo de acciones refuerzan el vínculo entre jugadores y seguidores, creando un ambiente de cercanía y aprecio mutuo. En un momento tan crucial como la final de la Champions, estos detalles pueden marcar la diferencia en la moral del equipo y de su hinchada.
Además, el gesto de Paredes resalta la importancia de la empatía y la humanidad en el deporte profesional, elementos que a menudo se pasan por alto en la búsqueda del éxito competitivo. Su capacidad para equilibrar la presión de los grandes eventos con una atención genuina hacia los aficionados establece un estándar elevado para sus compañeros y futuros atletas.
