Viene siendo una de las posibilidades que se manejan en la agenda blaugrana en medio de la crísis
Quique Setién tiene dentro de sus activos a varios futbolistas en los que ha confiado su gestión tras su llegada. Basa su estructura táctica en algunos valores identificables, liderados por Messi, Ter Stegen y Sergio Busquets. Pero es Arturo Vidal el que más enteros ha ganado en esta última etapa del FC Barcelona, y eso tiene algo de especial para el club mismo.
Lo que pasa aquí es que no es una postura completa, y Vidal más allá de ser un jugador ancla, se debate entre titularidades y suplencias. Esto le ha llevado a plantearse varias alternativas, con la edad encima y la necesidad implícita que tiene como sudamericano de seguir cosechando títulos y elogios. Por eso habría elegido su destino, por sorpresa para muchos lejos del Camp Nou.
El club más popular de Argentina es especial para Vidal
No lo ha dicho propiamente él, aunque todo mundo conoce su visión respecto al tema, esta polémica ha nacido tras unas declaraciones de un compañero suyo de selección. En una avanzada de medios se ha filtrado que Vidal tiene como objetivo principal jugar en ese club argentino, bañado por gloria durante lo largo de la historia del deporte rey.
Le encanta Boca, y es el único club argentino que sigue en sus redes sociales. Una clara muestra de lo que es el múltiple campeón argentino, sudamericano y del mundo para el chileno, al que no se descarta incluyendo este verano como su nuevo hogar. La prensa del país de procedencia de Leo Messi ha hecho eco de esto, y hoy no se habla de otra cosa.
Sacar a Vidal sigue estando lejos de sus alcances
Sin embargo, las cosas a veces van mucho más allá de un simple gusto o tendencia por declaraciones. El precio de Vidal es elevado, al ser un jugador con mucho nivel y un gran pedido por parte de algunos clubes en el viejo continente. Para un club como Boca que ha sido de los pocos en aventurarse a la consecución de figuras europeas, esto sigue estando alejado de sus posibilidades.
No se puede pagar un traspaso situado en el orden de los 20 millones de euros, y mucho menos sostener una ficha tan alta como la que devenga el jugador austral. Prácticamente descartado esto, habrá que plantearse dos movimientos implícitos, o bien sea su continuidad o una disposición de salida que va desde una venta definitiva (Juventus el más interesado), o un intercambio (Inter el más cercano).