Tras rechazar ofertas firmes del Borussia Dortmund y otros clubes durante el mercado invernal, convencido por una promesa directa de Hansi Flick, el atacante se ha visto atrapado en un escenario que no ha cambiado
Cuando el mercado invernal abría puertas, Ansu Fati tenía una vía clara para reactivar su carrera, el Borussia Dortmund estaba dispuesto a apostar fuerte por él. El atacante, eclipsado en el FC Barcelona, estudiaba su salida hasta que Hansi Flick intervino. En una charla privada, el técnico alemán le prometió minutos, continuidad y confianza. Esa promesa terminó convenciendo al jugador de quedarse.
Pero la realidad fue muy distinta. Desde entonces, Fati solo ha jugado 28 minutos en la Copa del Rey contra el modesto UD Barbastro, y no ha vuelto a pisar el césped con la camiseta azulgrana. Su rol es secundario, casi invisible, y el peso simbólico del dorsal número 10 ya no es suficiente para justificar su permanencia. La decepción del jugador es total.

Las oportunidades perdidas y el retroceso deportivo
Durante enero, no solo el Dortmund apostaba por él. Ajax, Besiktas y FC Porto también valoraban su cesión, pero todas esas opciones se diluyeron tras la intervención de Flick. La idea de quedarse en el Camp Nou parecía razonable, pero la falta de minutos y el nulo crecimiento deportivo demuestran lo contrario. Hoy, el entorno de Fati reconoce que fue un error dejar pasar esas oportunidades.
El contrato del jugador se extiende hasta 2027, pero su salida en verano parece inminente. Las dudas físicas, sumadas al desinterés del cuerpo técnico, han reducido su valor en el mercado. Fati necesita un proyecto que lo respalde y lo impulse, algo que en Barcelona ya no parece posible. Y mientras tanto, el reloj sigue corriendo en su contra.
Un reencuentro simbólico ante el Borussia Dortmund en Champions
Este miércoles, el destino los vuelve a cruzar, Barcelona y Borussia Dortmund se enfrentan por los cuartos de final de la Champions League. Será un partido cargado de simbolismo para Ansu, aunque difícilmente participe. La paradoja es evidente, el club que quiso ficharlo lo tendrá enfrente, mientras él ve el duelo desde el banquillo.
Fati forma parte de la convocatoria, pero no está en los planes de Flick para este tipo de partidos. Su papel, limitado y sin rumbo, contrasta con las expectativas que un día generó como sucesor de Lionel Messi. Hoy, Ansu vive un presente gris, sostenido por una promesa que no se cumplió y que puede marcar el final de su etapa en el Barça.