Ellos toman decisiones basadas en sus intereses y así lo expresarán ante los entes reguladores
La crísis puede ser tomada desde varias perspectivas, una desde lo netamente deportivo, y otra desde lo económico. Al FC Barcelona esto le está dañando la mente más de lo que debería, pero en ese caso no van a irse de más con lo que deben. En vocería de su presidente, Josep María Bartomeu, se niegan a entrar en competencia como afirma Tebas a puerta cerrada por un tema de protocolo sanitario.
Una dirección bastante ofensiva, pero con todos los respaldos médicos pertinentes. El club como empresa deberá cuidar y hacer prevalecer la salud de sus empleados, evitando contagios innecesarios por solo dar una muestra de aceptación a las ambiciosas aspiraciones de los dirigentes del deporte rey en el país.
En un comienzo se ha dicho que la actividad retornará de manera autónoma a puerta cerrada, con el único fin de satisfacer las necesidades institucionales que en este instante atacan. Sin embargo, como todo posee acciones en favor y en contra, y como se ha dejado ver, el club catalán está dispuesto hasta llegar a las últimas instancias, negándose a competir bajo unas líneas tan débiles como las expuestas por parte de la Federación y de la organización de LaLiga.
Bartomeu no confía en los planes de prevención
Si existe un argumento fuerte ese es precisamente éste. Bartomeu no considera por nada del mundo anteponer fines económicos, para ello prefiere sacrificar la tesorería y cuidar la salud de sus encargados. Cree fielmente que las condiciones no se prestan para brindar herramientas de prevención, es más, la logística va en contra de todo esto.
Que se regrese a los entrenamientos es una cosa, pero a la competencia eso requiere de mayor rigurosidad. En parte porque en los centros de entrenamiento se puede garantizar el cuidado absoluto, con protocolos fijos en todas sus instancias. Mientras que la competencia acarrea viajes, posicionamiento en vestuarios, duchas, contacto con personal externo y demás.
Por si fuera poco algunos clubes no han permitido el control de la pandemia con controles y exámenes de rigor. Lo que abre aún más la polémica, porque ni siquiera dentro del campo se asegura inmunidad para sus empleados. Esta es una postura que pretenden llevar hasta la última instancia, pese a cualquiera que sea la determinación que se emita en los próximos días. Se abre una importante polémica.