Tras casi 150 encuentros oficiales como jugador del Barcelona y con más de 60 goles a sus espaldas, nadie puede poner en duda que David Villa lo dio todo por el club catalán. Cuando se lesionó y tras su recuperación pasó a ser suplente en el equipo, nunca protestó ni puso una mala cara. El asturiano fue un profesional hasta la médula y siempre fiel con el club, hasta el final, cuando decidieron venderlo al Atlético de Madrid.
Sin embargo, no parece que todo el mundo esté de acuerdo, después de ver la sonora pitada que se llevó del Camp Nou en la noche de ayer al ser sustituido. Es cierto que también se escucharon muchos aplausos, pero no deja de sorprender que un jugador que ha sido tan importante para un club reciba este trato en su primer partido con otra camiseta.