La auditoría obliga a Laporta a ajustar las “palancas” financieras, revelando pérdidas millonarias y desinflando los beneficios anunciados
Los datos facilitados el lunes por la junta directiva del FC Barcelona, presidida por Joan Laporta, sobre el cierre económico de la temporada 2023-24 han expuesto una realidad que contradice los beneficios inflados de ejercicios anteriores. A pesar de las maniobras contables y las conocidas “palancas”, los auditores han obligado al club a reconocer pérdidas que no tenían justificación.
Según el comunicado de la junta, el Barça obtuvo un beneficio ordinario de 12 millones de euros durante el pasado ejercicio, cumpliendo así con el presupuesto establecido. Sin embargo, este cálculo es engañoso. La cifra presupuestada inicialmente incluía un beneficio neto de 11 millones, no solo ordinario, sino total, considerando también los gastos extraordinarios. Finalmente, los beneficios previstos se convirtieron en pérdidas de 91 millones, muy lejos de las expectativas.
La polémica de las “palancas” financieras y la caída de Barça Vision
Las pérdidas se deben, en parte, al reconocimiento de un agujero de 141 millones de euros en el proyecto de Barça Vision, una de las principales “palancas” utilizadas por Laporta. Esta sociedad, que en un principio aspiraba a cotizar en la Bolsa de Nueva York con una valoración cercana a los 1.000 millones de euros, apenas facturó 472.000 euros en su primer año. Se trataba de una operación montada para generar un beneficio contable de 408 millones, que en su mayoría resultó ser ficticio, ya que los supuestos inversores no cumplieron sus compromisos.
La operación de salida a bolsa de Barça Vision fracasó porque los socios que debían aportar el capital no aparecieron, lo cual dejó al club en una situación delicada. Algunos inversores iniciales incluso abandonaron el proyecto, lo que ha llevado a sospechar que solo se habían prestado como intermediarios hasta que se encontraran nuevos fondos. El auditor, Grant Thornton, ya había expresado su escepticismo en informes anteriores y finalmente obligó al club a convertir 141 millones de estos supuestos beneficios en pérdidas reales.
Pérdidas que superan las expectativas y dudas sin resolver
Con estas correcciones, el club ha pasado de un presupuesto inicial que contemplaba beneficios totales de 11 millones a reconocer pérdidas de 91 millones. El resultado final de la temporada muestra 12 millones en beneficios ordinarios, más 80 millones procedentes de la venta de jugadores, a los que se restan 141 millones de pérdidas impuestas por el auditor, lo que arroja un saldo negativo de 49 millones. Sin embargo, el club ha reconocido que aún hay otros 42 millones de pérdidas adicionales que no han sido explicados en el comunicado y que serán discutidos en la próxima asamblea de socios.
A lo largo del ejercicio, los directivos del club intentaron sin éxito encontrar nuevos socios para reemplazar a los que abandonaban los proyectos de Barça Vision y Barça Media. Incluso se anunció la entrada del proveedor de catering Aramark con una aportación de 40 millones de euros, pero esa inversión en realidad sustituyó a otro socio que estaba saliendo, por lo que no se trató de un aporte nuevo.