Su mal desempeño de las últimas jornadas le condenan enormemente
Vaya lío que se ha armado en Catalunya tras la derrota del FC Barcelona en LaLiga a manos de su eterno rival, el Real Madrid en el clásico. Señalados han salido de todos lados, iniciando por su entrenador, Quique Setién, y hasta pasando por jugadores de los que de momento se tienen pensando realizar una revisión profunda. Uno de ellos y de los que más preocupa es Frenkie de Jong.
Por el holandés, considerado la temporada pasada como el mejor mediocampista de Europa han pagado la bobada de 75 millones de euros, cifra que se extiende si se suman los 15 en variables. Es evidente que a un jugador de su calibre se le tiene que exigir, y más cuando llega a la ciudad Condal con el rótulo de ser el remplazo natural de Andrés Iniesta.
En las primeras de cambio ha respondido, se ha ganado la titularidad y ha recibido el apoyo del grupo. Incluso lo ha hecho por encima de Iván Rakitic, un jugador de basta experiencia y dilatada carrera por los campos del mundo. Su rendimiento ha ido de más a menos, y ahora mismo la invitación es a que espabile, si no lo hace el banco le espera, y a futuro una venta podría ser considerada antes de que su valor de mercado se vaya al infierno.
Griezmann el otro caso complejo
Hasta ahí todo sigue su curso natural, no es extraño ver este tipo de situaciones y menos con lo que se juega de por medio. A De Jong se le ha criticado su juego, sobre todo en el clásico, intrascendente y sin ritmo. Pero es quizás Antoine Griezmann uno de los que más preocupa. No es el mismo jugador del Atlético de Madrid, y para nada se está sintiendo a gusto en su nuevo rol.
Desaparece en la mayor parte de los compromisos, y salvo el poder de cara a gol, no hay argumentos muy fuertes que lleve a pensar al club de que han logrado conectar un golpe certero. Con 14 goles y 4 asistencias sigue estando lejos en juego de lo que era en el colchonero. A diferencia de lo hecho en la capital en Barcelona le cuesta tomar el mando de ciertas acciones, y se le ve falto de espíritu competitivo.
De ahí en más hay una lista extensa: Júnior Firpo, Serrgio Busquets, Nélson Semedo, Arthur Melo. A todos les toca levantar el nivel, poner frente a la situación y hacer de sus condiciones las garantías necesarias para un club que vive en base a su desempeño dentro del terreno de juego. Nada más por ahora, a Bartomeu le queda por delante una fuerte tarea y es la de manejar internamente los casos. Atentos.
