Trabajo de base vuelve a posicionarse como una de las grandes maniobras de esta junta directiva antes de entregar el cargo
Hoy el FC Barcelona ha hecho un anuncio bastante peculiar, la contratación de un nuevo y joven talento. Como parte de su maniobra habitual, el cuadro catalán se ha hecho a los servicios de Dani Rodríguez, un mediocampisrta de avanzada que hasta ahora venía prestando sus servicios en la Real Sociedad.
Parece imprescindible pensar que este nuevo modelo de acción no vaya a ser el que marque la diferencia a futuro, mucho más ahora en los tiempos que corren con la exaltación de los valores del mercado, y la crísis mundial monetaria que ha dejado el coronavirus. Abidal en cabeza y apoyado por sus emisarios y ojeadores han podido sellar el vínculo que ata a partir de este momento al joven de tan solo 14 años.
Esto se ha dado gracias a que Juanan Mentxaka, ex jugador txuri-urdin y ahora trabajador de campo culé, les ha hecho la recomendación basado en algunos estudios y datos recopilados. Le ve al buen jugador unas condiciones excepcionales, con dominio y verticalidad como pretende blindar el club su juego para los siguiente años.
Dani Rodríguez tiene un futuro inmenso
Hasta hoy, Dani venía sorprendiendo por su nivel y por su capacidad de adaptación a las diferentes formas de juego que el equipo venía mostrando. Es versátil y tiene mucho de ese talento de toque y progresión. De hecho estaba siendo observado de cerca por el grupo profesional en cabeza de Imanol Alguacil.
Y no eran los únicos, el PSG lo intentó tantear, que aunque no parezca mucho habla perfectamente del nivel que viene atravesando. Es demasiado joven aún y seguramente tiene muchas cosas que aprender, por lo que el paso a La Masía es más que una prenda de garantía, un sueño hecho realidad para el nacido en Astigarraga.
Punto en favor de la gestión Abidal y por supuesto Bartomeu. El proyecto se construye de abajo y estos son los primeros pasos que se gestan. Atrás parece haber quedado la fuente inagotable de talento que era su cantera, pues desde Sergi Roberto no nace algo de rescatar en el cuadro catalán como medida para este tema.