La zona crítica de la defensa es llenada con un crack sin ritmo en las islas británicas
Hoy es un día demasiado importante para el futuro del FC Barcelona, hoy se juegan su futuro en la máxima competencia de clubes del planeta, la Champions League. Ante el Nápoli prometen poner a disposición toda su voluntad y talento, que entre otras cosas termina siendo la última medida para mitigar el fracaso local que han logrado con la entrega del título de Liga al Real Madrid.
Justamente, y mencionando a los merengues, es que se toca este tema. La eliminación de los de Zidane ayer fue un bálsamo, y por partida doble. Por un lado se quitan de encima el fantasma de un equipo copero, y por otro, le han dejado muy cerca la posibilidad a Joao Cancelo de ser su nuevo gran referente de la defensa jugando por derecha.
El nivel exhibido fue la vara justa para medir sus chances
Cancelo ha jugado con el perfil cambiado, respondiendo con 10 puntos a Pep Guardiola. Su nivel fue excelente, y prácticamente infranqueable ha dado muestras de que está en plenitud de condiciones. El Barcelona viene hace un tiempo ya persiguiendo su talento y se habría trazado el día de ayer acercar sus chances.
El míster catalán no le tiene tanta confianza, y por eso es que se cree que haya margen de éxito. Su valor, unos 36 millones de euros, que para la economía culé en este momento es todo un problema. El ataque por Eric García les ha puesto en sobre aviso, y por ende no han rebajado un solo euro sus aspiraciones. Aunque bien, si existe una alternativa, que más que viable se considera pertinente.
Cancelo entra en una operación de trueque sin valores fijados de por medio
Setién le ve con gran expectativa y ya ha dado su OK. Para ello deberán soltar a Nélson Semedo, o al menos esa es la información que ha caído en las últimas horas. Guardiola es uno de los que también ha visto con gran agrado el trato, más que nada porque el ex Benfica tiene mejores cualidades para adaptarse a los dos perfiles sin problema.
Con 26 años, se ve muy bien que pueda llegar a darle una nueva visión al club, en su juego y en su forma de establecer mando sobre sus opciones. La juventud empieza a escasear y como pinta todo se ve que esta sea una buena medida. Esta sería una de las últimas grandes maniobras de Bartomeu, que se prepara para vivir su año final al mando de la presidencia.