Es una buena noticia para el entrenador, que precisa de ese talento para ir escalando en las competencias que disputa
Ronald Koeman ha tenido que ir construyendo un equipo con lo que tiene, sin grandes refuerzos y con el espíritu muy bajo. Por eso se valoran acciones en el FC Barcelona como la de Ousmane Dembélé, que parece estar reaccionando y haciendo desviar la atención en su talento y goles para ser tenido en cuenta de nuevo.
Ya ha estado atento en los dos últimos compromisos, por Liga y por Champions. En el último compromiso volvió a decir presente, y no solo desde el marcador, sino para mostrar los caminos a recorrer con su juego en el equipo. Abrió el marcador, y aparte se mostró siempre desequilibrante e importante para marcar el ritmo del partido.
Con las piezas claras de sus posiciones, la figura de Dembélé parece ir ganando terreno en el FC Barcelona
Siempre fue una incógnita, y no solo desde ahora, sino desde su llegada misma. Dembélé fue adquirido en 2017 desde el Borussia Dortmund como el remplazo de Neymar a cambio de 130 millones de euros. Jamás se puso asentar, las lesiones y la inconsistencia con actitudes negativas fuera del campo fueron su peor lastre.
Siempre estuvo en la lista de jugadores salientes, e incluso se movió por la vía de marcha en verano hacía la Premier League. Pero con Messi, Ansu Fati y Antoine Griezmann (que parece será el que finalmente se marche) pudiendo cumplir la labor de Suárez, a Dembélé le ha quedado su zona de confort a placer, que es la banda para explotar en velocidad como siempre suele hacerlo.
Memphis Depay parece tendrá que esperar si es que Dembélé no presta su puesto
Bajo esa premisa, el primero en exigir refuerzo no podía ser otro que Ronald Koeman. En su idea de juego, había pedido a Memphis, un delantero que podría cumplir cualquiera de las posiciones de ataque a cambio de 30 millones de euros. Pero ahora las cosas parecen ir cambiando de a poco. Dembélé es el refuerzo más valioso de momento en la temporada y ya ha empezado a rendir sus frutos.
Con un poco de confianza y el espíritu arriba, sabe que será imparable. En el clásico no se vio mucho, pero en el Coliseum pese a la derrota fue importante. Ahora, quiere seguir esa senda y se la ha puesto bien difícil al entrenador. En ese 4-2-3-1 que plantean, puede ser determinante, picando de afuera hacía adentro, y sirviendo pelotas para que la figura de Messi se haga mucho más grande picando al espacio muerto.
